El nivel cultural de los padres influye en la dieta de sus hijos

Una investigación con alrededor de 15.000 niños de ocho países europeos revela que los padres con mayor nivel cultural alimentan de forma más saludable a sus hijos que aquellos con un nivel bajo o medio de estudios.
Los padres cultos alimentan mejor a sus hijos

Un estudio en el que han participado alrededor de 15.000 niños de ocho países europeos (Alemania, Bélgica, Chipre, España, Estonia, Hungría, Italia y Suecia), con edades comprendidas entre los dos y los nueve años, ha revelado que los hijos de padres con un nivel cultural bajo o medio se alimentan de forma menos saludable que aquellos menores cuyos progenitores cuentan con formación superior.

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La investigación, publicada en ‘Public Health Nutrition’, muestra que los niños cuyos padres tienen un menor nivel educativo consumen menos frutas y verduras, y más alimentos procesados y bebidas con azúcar, que los menores cuyos padres son más cultos.

Los niños cuyos padres tienen un menor nivel educativo consumen menos frutas y verduras, y más alimentos procesados y bebidas con azúcar

Los autores del trabajo han comprobado que el nivel educativo de los padres influye directamente en el tipo de dieta de los hijos y, por lo tanto, en la frecuencia con la que los niños procedentes de sectores de población con un nivel sociocultural más bajo consumen alimentos asociados con el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad.

Los investigadores observaron que las mayores diferencias en la dieta entre familias se encontraban en el consumo de verduras, frutas y bebidas azucaradas. Por este motivo, el doctor Juan Miguel Fernández Alvira, de la Universidad de Zaragoza, que ha trabajado en el estudio, afirma que los programas para prevenir la obesidad infantil deberían dirigirse sobre todo a las clases socioeconómicas menos favorecidas.

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En 2010 había unos 40 millones de menores de cinco años con sobrepeso en el mundo, por lo que la Organización Mundial de la Salud ha advertido de la necesidad de controlar la dieta de los niños para evitar este problema que, a largo plazo, deriva en otras afecciones como la diabetes tipo 2.

Actualizado: 1 de agosto de 2017

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