Enseña a tus hijos a ser ordenados
¿Estás harto de ir detrás de tus hijos recogiendo el desastre que montan cada vez que juegan o se cambian de ropa? Te damos pautas y consejos para enseñarles a ser ordenados en todos los ámbitos.

Cuándo comenzar a inculcar al niño el hábito del orden

Álvaro Saiz

Por: Álvaro Saiz

Psicopedagogo y maestro de educación infantil

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

La etapa más adecuada para empezar a inculcar el hábito del orden es la Educación Infantil, puesto que es el momento en el que los niños empiezan a entender las órdenes y a interiorizar los comportamientos sociales que ven y que se les enseñan.

Concretamente la edad ideal estaría, para la mayoría de los niños, entre los dos y los tres años. Esto es debido a que son ya totalmente autónomos, tanto en la motricidad gruesa como en la fina, lo que les proporciona la herramienta necesaria para completar las acciones que se les requieren; además, se encuentran en una fase de su desarrollo cognitivo y lingüístico en el que empiezan a comprender las razones por las que los adultos les pedimos las cosas, y en la que pueden preguntar aquello que no comprendan.

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“Mi hijo tiene ocho años y es un trasto, su habitación está siempre desordenada. Entonces, ¿es demasiado mayor?”. Esta pregunta puede surgirle a cualquiera al ver que la edad ideal se sitúa entre el segundo y el tercer año de vida y su hijo ya ha superado esta etapa. La respuesta, sin embargo, es muy simple: “no, nunca se es demasiado mayor para aprender”; ni siquiera para los adultos es tarde.

Comenzar a inculcar al niño el hábito del orden

Es cierto que con el paso del tiempo nuestras estructuras cognitivas se hacen más férreas y nuestros pensamientos se focalizan en unas direcciones cada vez más definidas, pero eso no es un obstáculo insalvable. La diferencia es que con el paso de los años el aprendizaje de cualquier hábito requiere cada vez más voluntad por nuestra parte. A los dos años se aprende de manera natural, puesto que la mente del bebé no entiende qué es lo normal y qué es raro; si se le enseña que lo habitual es recoger, así lo entenderá siempre. En cambio, si con ocho años lo habitual ha sido tener a un adulto tras de ti arreglando tus desaguisados, lo extraño es que el pequeño piense que lo normal es que sea él quien arregle lo que deshace.

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Cuando los niños se niegan a ser ordenados

Una de las edades más problemáticas en este aprendizaje será entre los tres y los cuatro años. El pedagogo Henri Wallon señala que en esta época el niño entra en la que denominó fase de oposición, en la que ha descubierto su yo y necesita reafirmar su propia identidad, lo cual logra negándose a seguir las órdenes recibidas, tensando siempre la convivencia familiar. No olvidemos que esto es sólo una etapa y que debemos vivirla con la mayor naturalidad posible. Por otro lado, este mismo autor señala que a los cinco años aparece la fase de imitación, donde el niño busca encontrar sus modelos de conducta y agradar a los adultos comportándose como ellos; este es un momento ideal para dar un empujón a la adquisición de todos los hábitos, incluido el del orden.

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Una vez que sabemos las mejores edades para enseñarles a ser ordenados, debemos saber en qué situaciones hay que actuar. La respuesta es simple: siempre que apreciamos desórdenes provocados por los pequeños. Bien es cierto que los momentos en que esto ocurre con mayor frecuencia son cuando se cambia de ropa y deja todo tirado, cuando juega sacando gran parte de sus juguetes sin recogerlos y, por último, a la hora de comer cuando al terminar se levanta y deja todo en la mesa. Estas tres situaciones son las más habituales, pero debemos trabajar con ellos en cualquier momento que haga falta.

Creado: 30 de junio de 2014

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