El divorcio aumenta el riesgo de obesidad en los hijos

El divorcio de los padres puede afectar al peso de sus hijos, que son hasta un 54% más propensos a sufrir sobrepeso, y tienen hasta un 89% más riesgo de ser obesos, según revela un estudio realizado en Noruega.
Niña triste porque sus padre están discutiendo
Los hijos de padres divorciados tienen más riesgo de sufrir sobrepeso u obesidad

El divorcio de los padres puede incrementar el riesgo de que sus hijos sufran sobrepeso u obesidad, especialmente en el caso de los varones, de acuerdo con los datos de un estudio realizado en Noruega con más de 3.000 niños, alumnos de 127 escuelas del país, que habían sido incluidos en el Estudio Nacional del Crecimiento del Niño de 2010.

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Los niños tenían una edad media de ocho años, y para evaluar si presentaban sobrepeso de acuerdo a la definición de la International Obesity Task Force (IOTF) se midió su altura y, peso, así como la circunferencia de la cintura, para comprobar también su obesidad abdominal, entendida como una proporción entre cintura y altura de 0,5 o más.

Los investigadores comprobaron que había más niños con sobrepeso u obesidad en el grupo de los hijos de padres divorciados, que tenían un 54% más probabilidades de tener sobrepeso y un 89% más de ser obesos

Los resultados se analizaron teniendo en cuenta el sexo de los niños y el estado civil de sus padres –casados, nunca llegaron a contraer matrimonio, solteros que vivían juntos, y separados y divorciados–, y teniendo en cuenta también otros factores como su nivel de formación, etnia y lugar de residencia.

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Los investigadores comprobaron que había más niños con sobrepeso u obesidad en el grupo de los hijos de padres divorciados y que, de hecho, tenían un 54% más probabilidades de presentar sobrepeso y un 89% más de ser obesos. En cuanto a los niños cuyos progenitores no estaban casados pero vivían juntos tenían una prevalencia de sobrepeso y obesidad similar a la de aquellos cuyos padres sí habían formalizado su unión.

Aunque en las niñas se observó el mismo patrón, la asociación entre el divorcio de sus padres y el riesgo de presentar un exceso de preso era menos notoria y no resultaba estadísticamente significativa.

Los autores del estudio no establecieron una relación causa efecto entre la separación matrimonial y el exceso de peso de los niños, aunque consideran que podría deberse a que los progenitores tienen menos tiempo para dedicarse a cocinar y la dieta de sus hijos es menos saludable, o a que disminuyen los ingresos económicos y con ello la calidad de la alimentación. También atribuyen su hallazgo a problemas emocionales que afectarían a los niños a consecuencia del divorcio o de una posible mudanza de casa o de colegio.

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Actualizado: 17 de noviembre de 2016

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