Dr. Ramón Soto-Yarritu Quintana

Presidente del Colegio de Odontólogos de Madrid
El Dr. Soto-Yarritu, presidente del Colegio de Odontólogos de Madrid, nos explica por qué debemos acudir al dentista cada seis meses, y advierte sobre los riesgos de las clínicas 'low cost' y sus tratamientos de baja calidad.
Dr. Ramón Soto-Yarritu Quintana
“Las clínicas dentales 'low cost' son empresas que, como tales, van buscando una rentabilidad por encima de la salud oral del paciente y de la calidad asistencial”

21/05/2015

El Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Primera Región (COEM) ha lanzado la campaña No abras tu boca a cualquier precio, con el objetivo de informar sobre determinadas prácticas que se llevan a cabo en las clínicas dentales low cost que pueden perjudicar a los pacientes, y exigir una atención bucodental de calidad. Y es que según el estudio Las clínicas dentales ‘low cost’ en boca de los españoles, realizado por este organismo, el 81% de los encuestados tiene una mala opinión sobre los servicios de estos centros. Hablamos con el Dr. Ramón Soto-Yarritu Quintana, presidente del COEM, que señala la preocupación del organismo colegial madrileño por el espectacular aumento de reclamaciones contra estas clínicas que se ha producido en el último año, y explica la importancia de visitar regularmente a un dentista de confianza, en el que poder depositar la salud bucodental de toda la familia ya que, como añade este experto, “la odontología española cuenta con profesionales magníficos, de primer nivel internacional”.

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El estudio Las clínicas dentales low cost en boca de los españoles revela que al 21% de los encuestados no le gusta ser atendido por un comercial en vez de por un especialista, ¿significa eso que en esas clínicas es un comercial el que te da el presupuesto del tratamiento que necesitas?

Sí, normalmente en ese tipo de clínicas es un comercial el que no solo explica el tipo de tratamiento, sino que además en ocasiones lo modifica con respecto al criterio del profesional que previamente ha diagnosticado al paciente, dando prioridad en todo momento a un tratamiento que ofrezca una mayor rentabilidad que el que ha presupuestado el profesional sanitario.

Pero cuando una persona acude a una de estas clínicas primero le verá el odontólogo, ¿no?

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El profesional sanitario es el que valora al paciente y emite un diagnóstico, pero es muy frecuente que ese diagnóstico o presupuesto inicial sea modificado por un comercial, cuyo objetivo es el de presentar un presupuesto que tenga una mayor rentabilidad, por ejemplo, donde el profesional sanitario ha diagnosticado tres implantes el comercial presupuesta cuatro. Y eso no es algo aislado o puntual, es algo muy habitual en este tipo de clínicas.

En una clínica en la que se estén dando unos presupuestos con unos precios un 80 o un 90% por debajo del precio de mercado, indudablemente uno de los factores donde se recorta es en la calidad del producto a instalar

Usted afirma que en las clínicas dentales low cost se ofrecen tratamientos en los que se emplean materiales de muy baja calidad y que pueden suponer un riesgo para la salud, ¿esas clínicas no tienen que pasar controles de calidad por parte de las autoridades competentes?

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Controles de calidad no, lo que tienen que pasar son una serie de controles sanitarios obligatorios para todas las clínicas dentales, pero después no existe un control riguroso o actualizado sobre los materiales que se emplean, sino que depende de la profesionalidad de cada uno el utilizar materiales de mejor o peor calidad, y en una clínica en la que se estén dando unos presupuestos con unos precios un 80 o un 90% por debajo del precio de mercado, indudablemente uno de los factores donde se recorta es en la calidad del producto a instalar.

Pero el material con el que se elaboran los implantes dentales es clave para que no se produzcan rechazos o infecciones, ¿no es obligatorio que cumplan unos determinados requisitos con independencia de la clínica donde te los pongan?

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Sí, habrá unos mínimos, y tendrán unos certificados CEE, una serie de garantías que imagino que efectivamente cumplirán esos mínimos, aunque no se lo puedo asegurar. Pero de lo que sí tenemos constancia por las denuncias y las reclamaciones de algunos compañeros que han trabajado en este tipo de clínicas es de que los materiales con los que trabajan no tienen una calidad razonable. Que cumplan con los requisitos mínimos, tal vez, pero desde luego no son los que al profesional sanitario le gustaría utilizar.

Hay diferentes grados de calidad del titanio, distintos diseños sobre la morfología del implante, distintos tratamientos sobre la superficie de ese titanio… y eso tiene una relación directa con el resultado final y el éxito en la osteointegración de los implantes

No todos los implantes de titanio son iguales, hay diferentes grados de calidad del titanio, distintos diseños sobre la morfología del implante, distintos tratamientos sobre la superficie de ese titanio… y eso tiene una relación directa con el resultado final y el porcentaje de éxito en la osteointegración de los implantes. ¿Que todos son de titanio? Claro, es que si fueran de acero no tendrían el certificado CEE porque no serían biocompatibles en el organismo. Hay implantes con una calidad de gama alta, de gama media y de gama baja, y los resultados finales en cuanto a osteointegración se refiere no son los mismos en todos los casos.

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¿Y al cliente se le informa de esto para que sea él quien decida si prefiere pagar menos aunque el producto sea de inferior calidad?

No, en absoluto. Y lo peor no es que duren menos tiempo, sino que el implante no se osteointegra. El problema es que el paciente ha pagado el tratamiento por adelantado, y no le sirve de nada. Y, además, como la situación laboral de los profesionales que trabajan en estas clínicas es bastante precaria, la rotación profesional es continua, y cuando el paciente al que le han puesto cinco implantes vuelve a los dos meses con ellos en la mano, el profesional que le atiende es otro diferente.

Pero podrá poner una queja a la clínica, ya que al fin y al cabo el profesional que le colocó los implantes era un empleado…

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Claro; de hecho, nosotros hemos recogido un 300% de incremento en las quejas y reclamaciones sobre este tipo de clínicas en el último año, de ahí que hayamos realizado este estudio y estemos llevando a cabo esta campaña informativa, porque realmente nos parece un tema alarmante. Tenga en cuenta que el presidente de la Comunidad y el consejero de Sanidad han sido informados de manera directa y por escrito sobre la alarma que a nuestro juicio se está produciendo, y el atentado que supone contra la salud bucodental de los madrileños en este caso. Aunque esto es algo generalizado en todo el país, porque yo me reúno con presidentes del resto de colegios de España cada mes en los consejos interautonómicos, y le aseguro que es una tónica habitual, es un modus operandi. Son empresas que, como tales, lo que van buscando es una rentabilidad por encima de la salud oral del paciente y de la calidad asistencial.

Hemos recogido un 300% de incremento en las quejas y reclamaciones de los pacientes sobre las clínicas dentales ‘low cost’ en el último año

¿Es cierto que gran parte del descontento de los usuarios con las clínicas low cost se debe a que no son tan económicas como indica su publicidad?

En este incremento del 300% en reclamaciones al que me he referido hay dos tipos de insatisfacción por parte del demandante: en un caso es ‘yo pensé que esto eran 200 € y han terminado siendo 800 o 900 €’; y en otro, ‘yo no solo pagué 800 €, sino que además los implantes los tengo en la mano, y ahora no quieren saber nada’. Desde el COEM estamos denunciando esa publicidad que bajo nuestro criterio es engañosa, y creo que es algo objetivo, porque no es sostenible una clínica dental con un 80 o un 90% de precios por debajo de mercado; sería una ONG, porque tampoco hay unos márgenes elevadísimos en los tratamientos bucodentales, ya que el coste de la tecnología que requiere la inversión en una clínica dental es muy elevado.

Se trata de un problema serio, y no es un tema corporativista, porque ahora tenemos más trabajo por los problemas que se derivan de este tipo de clínicas. Y son tratamientos infinitamente más complejos y mucho más caros para el paciente, que muchas veces viene con procesos degenerativos, de destrucción ósea importante, a parte de lo que anímica y emocionalmente supone esto para el afectado. De hecho, ya se están formando asociaciones de damnificados por este tipo de clínicas.

La prevención, clave de la salud bucodental

El estudio y la campaña se han centrado en las clínicas low cost pero, según el COEM, ¿cuáles son las principales quejas de los pacientes con respecto a los servicios de odontología en general?

Fundamentalmente la insatisfacción por un resultado final que no le convence al paciente, no haber conseguido el resultado esperado, tanto a nivel estético como funcional. Eso termina con un mal entendimiento entre el profesional y el paciente, y deriva en esa reclamación. No es algo habitual, por fortuna, pero es cierto que en determinados modelos o tipos de clínicas sí se da con mayor frecuencia.

Otra conclusión del estudio es que 4 de cada 10 españoles únicamente acuden al dentista en caso de urgencia. ¿Cada cuánto tiempo y por qué es necesario visitar al dentista?

“Es fundamental encontrar un dentista de confianza en el que el paciente pueda depositar su salud bucodental y la de su familia”

Cada seis meses es fundamental acudir al dentista para realizarse una revisión bucodental, y sobre todo es importante por el hecho de aplicar un concepto tan trascendental como el de la prevención oral, que es algo que si se pone en práctica evita el desarrollo de patologías, y permite ahorrar dinero. Y es muy importante acudir a un profesional cualificado o colegiado, a un dentista de confianza, que es el concepto que nosotros queremos trasladar a la población; igual que las mujeres no suelen cambiar habitualmente de ginecólogo, porque confían en su médico, el dentista tiene que ser algo parecido, y es clave encontrar un dentista de confianza en el que el paciente pueda depositar su salud bucodental y la de su familia.

¿Y hay que ir cada seis meses con independencia de la edad que se tenga?

Sí, efectivamente, porque cada seis meses todos podemos desarrollar cierta patología que diagnosticada a tiempo nos va a evitar un problema o un tratamiento mayor, más complejo, y económicamente más costoso. Si uno acude al dentista cada seis meses, casi con toda seguridad va a evitar que le tengan que poner implantes, porque va a evitar que la patología se desarrolle y avance, y termine perdiendo una pieza dentaria que tenga que ser sustituida por un implante; ese es el último extremo. El implante es fantástico, es una técnica muy desarrollada, pero nada comparable al diente natural; por lo tanto, si uno acude periódicamente al dentista, lo que se garantiza es tener una buena salud bucodental y no perder piezas dentarias.

¿Han comprobado cómo ha influido la crisis económica en el cuidado de la salud bucodental?

Sí, porque si ya antes de la crisis económica España estaba a la cola de los países de Europa en concienciación sobre la importancia de la salud bucodental, y sobre la frecuencia de asistencia al dentista, con la crisis la boca –que nunca ha sido una prioridad– ha pasado, no ya a un tercer plano, sino a un quinto plano, y se sigue acudiendo al dentista solo cuando duele. Y ese es el error, acudir exclusivamente cuando ya hay una patología demasiado avanzada en la boca, porque aunque sigue habiendo soluciones, y existen tratamientos que pueden devolvernos el estado de salud, son indudablemente más complejos y más costosos.

Es un error acudir al dentista exclusivamente cuando la patología está muy avanzada, porque aunque existen tratamientos que pueden devolvernos el estado de salud, son indudablemente más complejos y costosos

En el resto de los países de Europa está absolutamente interiorizado el hecho de acudir cada seis meses al dentista; en España, por el contrario, es muy poco frecuente encontrarse pacientes que acudan con regularidad, cada seis meses, al dentista. 

Lo que sí parece que ha avanzado en los últimos años es que a los niños sí se les vigila un poquito más la dentadura, ¿no?

Bueno, se les vigila un poco más pero, aun así, si los padres no acuden periódicamente cada seis meses al dentista, los hijos tampoco lo van a hacer. Los padres queremos dar lo mejor a nuestros hijos, y la población infantil se está viendo beneficiada en este aspecto pero, por el contrario, hay programas de ayuda bucodental infantil, como por ejemplo el PADI en Madrid que, como consecuencia de la crisis, desapareció. Era un programa que daba un gran soporte y un gran beneficio a la salud bucodental de los madrileños, pero se tuvo que suprimir por falta de recursos económicos. Sí es cierto que en las próximas elecciones los partidos políticos llevan en sus programas electorales la instauración de un nuevo PADI, un nuevo programa de atención bucodental infantil, por lo que esperamos que mejore en ese sentido.

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