Leucorrea y sequedad vaginal

En las situaciones descritas en el apartado anterior, el flujo vaginal aumentaba -leucorrea- como consecuencia de diferentes infecciones o enfermedades. Sin embargo, hay mujeres con un flujo abundante sin que esta alteración esté causada por ninguna enfermedad.

Conocida como leucorrea fisiológica, el flujo suele tener un color transparente o ligeramente blanco y no es habitual que tenga mal olor, aunque puede darse el caso. Aunque no tiene graves consecuencias, es cierto que resulta molesto para las mujeres que lo padecen ya que, en ocasiones, puede incluso irritar la vulva.

Lo habitual es que esté asociado a los momentos en los que el nivel de hormonas es más elevado como, por ejemplo, antes de la menstruación, o por un descenso de la flora vaginal causado, por ejemplo, por una higiene excesiva o por el estrés.

Entre las posibles soluciones para la leucorrea fisiológica, encontramos:

• Lavar la zona sólo con agua, sin jabón y sin realizar duchas vaginales.
• Evitar el uso de salvaslip y hacerlo sólo cuando sea realmente necesario.
• No utilizar tampones para evitar el riesgo de contraer el shock tóxico.
• Secar bien la zona pero sin irritarla y llevar ropa de fibras naturales (algodón) que no sea demasiado ajustada.

En cualquier caso, antes de recurrir a ningún tratamiento por nuestra cuenta, lo primero que hay que hacer es ir a un especialista, que será quien averigüe las verdaderas causas de la leucorrea y nos dirá cuál es la mejor manera de solucionarlas.

Sequedad vaginal: qué es, causas y soluciones

Pero el flujo vaginal no sólo puede alterarse aumentando, también puede darse el caso contrario, es decir, que disminuya. En ese caso, la mujer padece lo que se conoce comúnmente como sequedad vaginal. La sequedad vaginal puede ocurrir en cualquier momento de la vida de una mujer, pero es más común durante la menopausia, cuando los niveles de estrógeno disminuyen significativamente.

La sequedad puede estar causada por cuestiones hormonales ya que la reducción de los estrógenos asociada a situaciones como la premenopausia y menopausia, posparto y lactancia, o el consumo de anticonceptivos, produce habitualmente la atrofia de las paredes de la vagina. El estrógeno es una hormona que ayuda a mantener la salud vaginal, estimulando la producción de moco y fluidos que lubrican la vagina.

Además de esto, la sequedad también puede estar provocada por infecciones o, incluso, por problemas psicológicos como el estrés o la ansiedad, o por factores como el uso de ciertos medicamentos, la radioterapia, la quimioterapia y algunas enfermedades autoinmunes.

Los síntomas de la sequedad vaginal pueden incluir irritación, picazón, sensación de ardor, dolor durante las relaciones sexuales y aumento del riesgo de infecciones vaginales.

Cada vez hay más soluciones que permiten tratar y reducir los síntomas de la sequedad vaginal. Además de los productos para incrementar la presencia de los estrógenos, hay numerosos lubricantes vaginales a base de agua y cremas y geles hidratantes que contribuyen a mejorar la humedad de la zona y reducir la fricción durante las relaciones sexuales. Además, se pueden utilizar cremas vaginales de venta libre o recetadas que contienen estrógeno para restaurar la lubricación y mejorar la salud vaginal. Es importante hablar con un médico para obtener un diagnóstico adecuado y discutir las opciones de tratamiento más adecuadas.