Cómo ducharse correctamente
La ducha es el primer hábito de higiene y cuidado para la salud de nuestra piel, algo que hacemos de forma tan cotidiana que no nos cuestionamos su importancia. Para realizarla correctamente sigue estas pautas.

Zonas de lavado especial durante el aseo

Carmen Salmerón Berdejo

Por: Carmen Salmerón

Periodista especializada en Salud y bienestar

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Cada zona de nuestro cuerpo (oídos, genitales, codos y rodillas, pies y cabello) requiere su ritual específico de limpieza porque todas son diferentes. El grosor y el lugar donde se encuentra la piel determinan la forma en que debe lavarse y hasta el tipo de jabón que se debe emplear. Tomar conciencia de las características de cada una es fundamental para una higiene adecuada.

  • Lavar oídos

    Oídos

    Adultos y niños deben lavarse diariamente con agua y jabón las orejas y el oído externo inclinando la cabeza hacia el lado que se está limpiando, lo que evitará la entrada de agua. Los bastoncillos, en general, sólo deben usarse para la limpieza del oído externo y nunca para retirar la cera de los pliegues internos, pues podrían provocar la formación de tapones. Para los bebés y los niños es más recomendable el uso de un paño húmedo para la limpieza del oído externo.

  • Lavar genitales

    Genitales

    En la ducha diaria los hombres han de  enjabonarse con cuidado, pues la piel es más fina en esa zona. Es importante enseñar a los niños a lavarse bien la zona del prepucio si no se les ha realizado la circuncisión, retirando con suavidad la zona del prepucio. En las mujeres, desde niñas es  aconsejable el uso de jabones específicos para evitar irritaciones y sequedad, pues la zona de la vulva y los labios menores tienen un pH distinto al resto del cuerpo. Hay que finalizar secando muy bien y con cuidado los genitales y la zona de la ingle para evitar la humedad y la formación de hongos.

  • lavar rodillas

    Codos y rodillas

    Son zonas rugosas y propensas a la sequedad y la hiperpigmentación. Es importante lavarlas a diario y, si se oscurecen, frotarlas bien con una esponja. Tras el baño hay que hidratarlas con un aceite vegetal para que no aparezcan ásperas y descamadas.

  • lavar pies

    Pies

    Deben lavarse diariamente, pues poseen un gran número de glándulas de sudor y  durante el día se acumulan las secreciones que producen mal olor y que, si no se eliminan, acaban derivando en infecciones y grietas. En los meses de verano, el calzado abierto aumenta el riesgo de suciedad y de contagio durante las actividades al aire libre. Es importante secar detalladamente los espacios interdigitales y cortar las uñas tras una ducha caliente, mientras están blandas, ya que así resultará más fácil.

  • lavar pelo

    Cabello

    Se lava, la mayoría de las veces, aprovechando la ducha diaria. El cuidado del pelo depende de su calidad y tipo, que varía en cada etapa de la vida. En los bebés se suele realizar un lavado diario durante el baño, con productos que respetan su fragilidad. El cabello de los niños va engrosando a medida que crecen, aunque todavía no es el que tendrán en su etapa adulta. No es necesario lavarlo a diario, pues el secado frecuente con aire caliente, sobre todo en niñas cuando lo llevan largo, puede ser muy agresivo. Durante la adolescencia y la juventud, y dependiendo del tipo de cabello, se puede lavar diariamente, aunque no es necesario más de dos veces en semana.

    Lo importante para el cuidado del cabello de un adulto es usar un champú específico (graso, seco, con caspa, para todos los días) y mantenerlo limpio lavándolo con la frecuencia que cada uno necesite. La pérdida de densidad y el aumento en la sequedad del cuero cabelludo durante la tercera edad, hace que durante esta etapa no sea recomendable hacerlo más de dos o tres veces a la semana, y con productos sin detergentes agresivos para la piel.

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Creado: 7 de mayo de 2015

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