Masaje Kobido, lifting facial japonés
Al masaje kobido se le conoce como el lifting facial natural. Esta terapia, empleada por las antiguas emperadoras japonesas, promete un rostro más joven y cuidado sin tener que pasar por el quirófano. Descúbrelo.

Cómo es una sesión de masaje kobido

Laura Saiz

Por: Laura Saiz

Periodista especializada en deporte, belleza y bienestar

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Debido a que el masaje kobido es sumamente relajante, los centros que lo ofrecen en su catálogo de servicios suelen cuidar la ambientación de la sala. Así, se prepara un lugar con música suave y una variedad de olores agradables acordes a los principios de la aromaterapia, que hacen que el cliente empiece a encontrarse mejor incluso antes de tumbarse en la camilla.

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De manera general una sesión de masaje kobido se inicia con unos movimientos suaves y lentos que buscan relajar al paciente para evitar tensiones que perjudican el normal desarrollo del masaje. Cuando el terapeuta cree que es el momento adecuado pasa a la nuca para activar lo más rápido posible la circulación sanguínea que lleva a la piel de la cara el oxígeno y las proteínas necesarias para lograr tanto una mejoría y una reparación de los tejidos epidérmicos, como la eliminación de las toxinas. A partir de ahí el masaje continúa por todo el rostro y el cuero cabelludo, estimulando la musculatura y la piel para conseguir el tan deseado efecto rejuvenecedor.

Masaje kobido

La velocidad con la que el terapeuta esté realizando todos los pasos busca trabajar diferentes aspectos. Así, cuando los movimientos son lentos pretende relajar y drenar, mientras que con los rápidos se intenta estimular la piel y la producción de proteínas para lograr el ansiado efecto lifting.

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Fases del masaje kobido

El masaje kobido tiene una serie de fases con unos objetivos definidos:

  1. En la primera se trata de limpiar el rostro mediante movimientos propios del shiatsu y así prepararnos para el drenaje posterior. 
  2. En la segunda fase se busca estirar e iluminar la piel; para ello, con productos orgánicos y mediante fricción, se recupera el brillo y se pueden disimular las arrugas y las bolsas bajo los ojos. 
  3. En la siguiente etapa, conocida como lifting japonés, se aumenta la velocidad de los dedos hasta un ritmo máximo sin provocar dolor, para conseguir suavizar los surcos de la piel. 
  4. En la última fase del masaje kobido se presionan los puntos de la cabeza con los que se combate el estrés; incluso en esta etapa el terapeuta puede centrarse en determinado punto en concreto donde detecte algún problema o lesión.

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Tipos de sesiones de masaje kobido

Dentro del masaje kobido encontramos tres tipos de sesiones que varían tanto en la duración, como en el precio, en la intensidad y en qué podemos lograr con cada una de ellas:

  • Método de rejuvenecimiento facial básico. Esta sesión es la más sencilla y lo que obtendremos será tanto una gran relajación como la tonificación de nuestra piel. Resulta una buena aproximación al masaje kobido para poder ver qué tal nos sienta, si vemos resultados y si consigue relajarnos. Tiene una duración aproximada de 20 minutos y su precio ronda los 30 euros.
     
  • Método de rejuvenecimiento facial. En él se consigue un gran estado de relajación mientras se oxigena y se nutre la piel gracias a las técnicas de golpeo, movimientos circulares y amasamientos en el rostro. La duración está en torno a 50 minutos y su precio está sobre los 60 euros.
     
  • Método ritual imperial de juventud. Esta sesión se separa en dos etapas, masaje y energía. La primera parte resulta similar a la del método anterior y es una sesión de masaje kobido normal, pero la segunda ayuda a estimular el flujo de energía y equilibrarlo presionando en los puntos adecuados de la cara. Su duración se encuentra entre los 75 y 90 minutos y tiene un precio alrededor de los 80 euros.

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A la hora de tratarnos con el masaje kobido debemos tener claro que resultan necesarias varias sesiones, aunque entre seis y ocho suelen ser suficientes para ver buenos resultados. De todos modos, no requiere las mismas sesiones una persona que otra, puesto que el diagnóstico inicial y la evolución nunca son iguales.

Creado: 18 de julio de 2014

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