El excesivo contenido de ácidos grasos trans (AGT) en los alimentos procesados que se comercializan en Europa, puede incrementar el riesgo de que millones de ciudadanos europeos desarrollen algún tipo de enfermedad cardiovascular. Esta es la conclusión de un estudio que han realizado en Dinamarca investigadores del Hospital Universitario de Copenhague, y cuyos datos se han publicado en ‘British Medical Journal’.

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Los AGT se generan debido a un proceso industrial –la hidrogenación de aceites vegetales– que se emplea para prolongar el tiempo de consumo de ciertos alimentos horneados y que estos tarden más en caducar. El problema es que algunos de estos productos contienen niveles demasiado altos de grasas trans y según los autores del nuevo trabajo, que se basó en datos obtenidos en cuatro grandes estudios, ingerir un total de cinco gramos diarios de AGT aumenta un 23% el riesgo de desarrollar una patología coronaria.

Ingerir cinco gramos diarios de ácidos grasos trans aumenta un 23% el riesgo de desarrollar una patología coronaria

Los investigadores escogieron para su estudio alimentos que incluían en su composición ‘grasa vegetal parcialmente hidrogenada’ en una proporción de más de 15 gramos de grasa por cada 100 gramos de producto. Se trataba de alimentos de consumo habitual en diversos países de la Unión Europea, como patatas fritas, palomitas de maíz para microondas, ‘nuggets’ de pollo, y bollería industrial tipo bizcochos, tartas y barquillos.

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Los análisis se realizaron en 2005 y en 2009, y en este último año observaron que el contenido de AGT en las patatas fritas y los ‘nuggets’ sí se había reducido significativamente en todos los países incluidos en el estudio. Por el contrario, en el caso de las palomitas de maíz, la bollería y las galletas, la cantidad de AGT había disminuido en los países de Europa occidental, pero no en los de la Europa del Este, donde continuó siendo alto.

Una forma eficaz de preservar la salud de los ciudadanos sería que los fabricantes de estos productos redujesen el contenido de este tipo de grasas perjudiciales para el organismo. Sin embargo, de momento solo Austria, Dinamarca, Islandia y Suiza, han establecido normas que obligan a la industria alimentaria a limitar el contenido de AGT que se incluye en los alimentos.

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Actualizado: 30 de noviembre de 2016

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