Sandía, la fruta veraniega más hidratante
Rica en agua y baja en calorías, la sandía se posiciona cada año en las primeras filas de nuestra nevera cuando empieza a apretar el calor. Conoce sus virtudes, cómo acertar en su compra y utilizarla en la cocina.

Valor nutricional y dietético de la sandía

Raquel Bernácer

Por: Raquel Bernácer

Dietista-nutricionista especializada en cocina vegetal

Actualizado: 20 de octubre de 2022

La sandía es una de las frutas más características del verano. Su alto contenido en agua la convierte en un refrescante tentempié que cada año hace las delicias de grandes y pequeños por esta temporada. Y es que, la sandía es la fruta que más agua contiene (alrededor de un 93%) lo que le da un valor nutricional realmente bajo de no más de 23 Kcal por 100 g y sin embargo tiene una gran capacidad saciante.

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Pero los beneficios de la sandía para la salud no se reducen a su buen aporte hídrico. Su color rojizo se debe a la presencia de licopeno –lo contiene en mayor proporción que el tomate–, un carotenoide con actividad antioxidante el cual se ha estudiado por su posible efecto protector frente algunos tipos de cáncer como el de próstata, y que también ayuda a proteger el corazón.

Igualmente, esta jugosa y sabrosa fruta de verano es rica citrulina, un aminoácido que favorece la buena circulación sanguínea, lo que ayuda a reducir la presión arterial.

Sandía

Por lo demás, no destaca notablemente por la presencia de ningún otro nutriente. Respecto a los hidratos de carbono, éstos están representados por pequeñas cantidades de azúcar que no sobrepasan los siete gramos por 100 gramos de sandía (lo que sería equivalente a un sobre de azúcar). En cuanto a los minerales, su contenido es igualmente bajo, aunque el potasio y el magnesio tienen cierto protagonismo, dentro de un contenido reducido en comparación con otras frutas.

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Otra ventajas de comer sandía, es su aporte de vitamina A (una rodaja te aporta entorno al 10% de la cantidad diaria recomendada), positiva para mantener la salud ocular y de la piel.

La sandía en dietas alimenticias

Así pues, su escaso valor nutricional hace que desde el punto de vista dietético tampoco tenga mucho interés, a parte de ser una fruta muy baja en calorías que encaja perfectamente en las pautas alimentarias de adelgazamiento.

Debido al bajo contenido en potasio respecto a otras frutas, aquellas personas que tengan que restringir la ingesta de este mineral, como en la insuficiencia renal crónica y aguda, pueden valorar con su médico la inclusión de sandía en su alimentación. Sin embargo, las frutas, verduras y hortalizas aportan agua a nuestra alimentación y la sandía, como fruta con alto contenido en agua deberá excluirse cuando la insuficiencia renal derive en diálisis.

La sandía contienen alrededor de un 93% de agua, lo que le da un valor nutricional realmente bajo

Por otro lado, esta misma propiedad favorece a las personas sanas, que pueden valorar la sandía como una de las opciones más apetecibles a tener en cuenta en verano como fuente de hidratación. No hay que olvidar que durante las altas temperaturas el riesgo de deshidratación puede ser elevado en determinadas zonas y en determinados colectivos, como niños y ancianos, ya que pueden ver alterada la percepción de sed. Así pues, llevarse unos trozos de sandía a la playa o comerla entre horas, como postre o en la merienda durante la época estival puede complementar la pauta de hidratación recomendada.

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Recientemente se ha desarrollado una nueva variedad de sandía que asegura tener beneficios sobre la diabetes, la astenia y problemas cardiovasculares. Sin embargo, estos beneficios no han sido evaluados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), quien vela por que las virtudes que se le otorgan a los alimentos se hagan en base a la evidencia científica actual, con lo que prudencia ante promesas que no han sido contrastados siguiendo los más estrictos estándares científicos.

Creado: 25 de junio de 2014

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