Nutrición y enfermedades neurodegenerativas
Te contamos qué nutrientes nos pueden ayudar a mantener la salud de las estructuras nerviosas implicadas en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis, el alzhéimer o el párkinson.

Consejos nutricionales en enfermedades neurodegenerativas

Arantza Ruiz de las Heras

Por: Arantza Ruiz de las Heras

Dietista-Nutricionista, Complejo Hospitalario de Navarra

José González Sancho

Revisado: José González Sancho

Periodista especializado en salud y bienestar

Actualizado: 17 de abril de 2024

Convivir con una enfermedad neurodegenerativa puede ser un desafío significativo, pero la nutrición juega un papel crucial en la gestión de la enfermedad y en la mejora de la calidad de vida. A continuación intentamos aportar algunos consejos y recomendaciones nutricionales que pueden ayudarte a sobrellevar mejor tu enfermedad neurodegenerativa:

Pescado azul

Opta por un menú variado, equilibrado y colorido

Es más importante tomar una dieta con abundante contenido de alimentos de origen vegetal, acompañando de más pescado que carne, haciendo hincapié en el pescado azul, que estar seleccionando uno a uno alimentos que contengan más o menos de un nutriente concreto. Asegúrate de obtener suficientes vitaminas del complejo B, vitamina D, vitamina E y minerales como el magnesio y el zinc, que son importantes para el mantenimiento de la función neurológica y la salud mental. En definitiva, escoger un menú ajustado a cada situación y que ayude a proporcionar o mantener un adecuado estado nutricional de la persona, consiguiendo un peso adecuado y evitando los extremos, tanto por exceso como por defecto.

Dieta mediterránea

Apuesta por la dieta mediterránea

Lo más parecido a estas recomendaciones anteriores es la reconocida dieta mediterránea, que ha sido vinculada a un menor riesgo de declive cognitivo y que se basa en tres pilares fundamentales: cereales como la base de la alimentación (trigo), consumo de aceite de oliva como ingrediente estrella de la cocina, e ingesta de derivados de fruta (en este caso, uva). Todo ello acompañado del uso de vegetales: legumbres y hortalizas y pescado.

Fruta

Adapta la dieta a tu enfermedad

Una vez instaurada la enfermedad neurodegenerativa, ella misma, también puede condicionar la alimentación y una posible desnutrición y carencia de elementos protectores si las características, tanto nutricionales, como físicas o gastronómicas no se ajustan bien. Por ejemplo, hemos hablado de la importancia de las vitaminas antioxidantes contenidas en frutas coloridas y tomadas en crudo. Si una persona afectada de enfermedad de Alzheimer no puede comer entero, habrá que triturar estas frutas, pero en crudo, y ser tomadas nada más batirse para que conserven su contenido vitamínico. Esto es difícil en muchas ocasiones. Otro ejemplo: si el paciente padece disfagia, dificultad para tragar determinados alimentos en estado líquido, es posible que por este motivo se limite en exceso el uso de algunos de ellos, como leche. Así que la principal recomendación en estos casos es adaptar la dieta a cada situación.

Suplementos alimenticios

Cuidado con los suplementos alimenticios

Existen algunos nutrientes que se suplementan en embarazo y lactancia de manera más o menos protocolizada. Por ejemplo los ácidos grasos omega 3, el ácido fólico, el yodo, el hierro según las reservas previas, etcétera. Si bien estos complementos están estudiados y son recomendables, el resto de suplementación para la mejora o prevención de patologías neurológicas, donde se pueda obtener una dosis mucho más elevada de cierto componente dietético de forma artificial, es decir, aparte de la dieta, no está justificada ni demostrado, hoy en día, que aporte beneficios y conviene no suplementarse en exceso.

Evitar el estrés

Lleva un estilo de vida saludable

No todo es nutrición, para prevenir las enfermedades neurodegenerativas debemos adquirir como hábitos acciones como realizar actividad física de forma diaria, no fumar, no tomar drogas, emplear nuestro tiempo libre en actividades que nos satisfagan, vivir en ambientes poco contaminados, evitar el estrés, mantenernos activos física y mentalmente, etcétera. Una tendencia que parece difícil de adoptar hoy en día, pero que constituye la mejor de las terapias antienfermedad.

Enfócate en una dieta antiinflamatoria

Enfócate en una dieta antiinflamatoria

Incorpora alimentos ricos en antioxidantes y ácidos grasos omega-3 que ayuden a reducir la inflamación en el cerebro. Esto incluye pescado graso como el salmón y la caballa, nueces, semillas de lino y chía, y abundantes frutas y verduras.

Mantén una hidratación adecuada

Mantén una hidratación adecuada

El agua es esencial para el funcionamiento óptimo del cerebro y para mantener la concentración y la claridad mental.

Controla el consumo de azúcar y grasas trans

Controla el consumo de azúcar y grasas trans

Estos pueden exacerbar la inflamación y contribuir a un mayor deterioro cognitivo. Limita los alimentos procesados y azucarados.

Alimentos ricos en fibras

Alimentos ricos en fibras

Mantén una buena salud intestinal, ya que está directamente relacionada con la salud cerebral. Incluye una variedad de alimentos ricos en fibra como verduras, frutas, legumbres y granos enteros.

Estrategias para problemas de deglución

Estrategias para problemas de deglución

En las etapas avanzadas de enfermedades neurodegenerativas, puede haber dificultades para tragar. Utiliza alimentos blandos o purés y asegúrate de que la comida sea fácil de comer.

Regularidad en las comidas

Regularidad en las comidas

Establece horarios regulares de comida para mantener un nivel constante de energía y nutrientes durante el día, lo que puede ayudar a gestionar los síntomas.

Consulta a un especialista en nutrición

Consulta a un especialista en nutrición

Un dietista o nutricionista puede ayudar a personalizar un plan de alimentación que se ajuste a las necesidades específicas y a la etapa de la enfermedad, asegurando así la adecuada nutrición.

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Creado: 25 de junio de 2013

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