Hiperfagia, peligros de un apetito insaciable
La hiperfagia, o consumo desmedido y descontrolado de alimentos, supone un trastorno de la conducta alimentaria que puede estar producido por diversas causas. Tratarlas te ayudará a controlar el apetito.

Consecuencias y síntomas de la hiperfagia

Mujer con síntomas de hiperfagia
Las personas que padecen hiperfagia suelen sentirse culpables por los atracones de comida.
Arantza Ruiz de las Heras

Por: Arantza Ruiz de las Heras

Dietista-Nutricionista, Complejo Hospitalario de Navarra

Actualizado: 21 de marzo de 2024

La hiperfagia, o el aumento excesivo del apetito y la ingesta de alimentos, puede tener una amplia gama de consecuencias tanto físicas como psicológicas y sociales, que pueden afectar de manera significativa la calidad de vida de una persona, su salud y su bienestar general. Estas son algunas de estas consecuencias y sus correspondientes síntomas asociados.

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La principal consecuencia que produce la hiperfagia es el aumento en el consumo de kilocalorías diarias. Por este motivo, se produce un desajuste en el balance energético de la persona que lo padece provocando aumento de peso y generando sobrepeso y obesidad en distintos grados. Además, el incremento de peso implica principalmente el acrecentamiento de grasa corporal, siendo esta más elevada de lo considerado como normal según la edad y características propias.

Asimismo, esta alteración empeora la propia imagen corporal que suele agravar el problema debido a la inseguridad y baja autoestima que produce en quien lo sufre, así como sentimiento de culpa que puede derivar en depresión, cuando no es la propia causa del problema. Incluso puede aparecer un cierto aislamiento social, ya que los individuos pueden retirarse de actividades sociales por vergüenza o incomodidad con su apariencia o por miedo al juicio externo.

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De forma contraria a lo que sucede en la bulimia, tras los atracones de comida, la persona con hiperfagia no se provoca el vómito, ni utiliza laxantes, así que el total de la ingesta se digiere y absorbe.

Consecuencias de la hiperfagia

El sobrepeso y obesidad están relacionados con otras enfermedades, como son la hipertensión, patología cardiovascular, diabetes y síndrome metabólico, entre otros. A nivel plasmático, padecer hiperfagia puede aumentar los valores de colesterol, especialmente el malo o más perjudicial a nivel cardiovascular, triglicéridos o componentes grasos o el azúcar, produciendo desajustes en el control de la glucemia.

A nivel digestivo, la ingestión de grandes cantidades de alimento de manera rápida y desordenada, provoca en muchas ocasiones digestiones pesadas, lentas que terminan ocasionando ardor y malestar gástrico. Las manifestaciones digestivas también pueden avanzar hasta porciones de intestino, alterando de absorción de nutrientes y provocando diarreas y, con ellas, malabsorción de ciertos nutrientes. Además, si las diarreas se mantienen en el tiempo y son intensas, el paciente deberá mantener un correcto estado de hidratación, ya que el riesgo de deshidratación es mucho más elevado.

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Además, el exceso de peso puede ejercer una presión adicional sobre las articulaciones y músculos, causando dolor y disminución de la movilidad.

Por otro lado, al consumir durante mayor periodo de tiempo alimentos y alargar la digestión, se puede producir una sensación de somnolencia muy intensa, que puede disminuir el rendimiento laboral o académico, afectando por tanto a otras áreas de su vida.

Por todo ello es crucial abordar la hiperfagia de manera integral, teniendo en cuenta sus múltiples facetas y consecuencias. El tratamiento puede incluir apoyo psicológico, asesoramiento nutricional, actividad física regular y, en algunos casos, medicación. El objetivo es mejorar la calidad de vida de la persona afectada, promoviendo hábitos de vida más saludables y un bienestar psicológico mejorado.

Creado: 30 de diciembre de 2015

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