Drunkorexia: dejar de comer para beber alcohol
Los principales afectados por la drunkorexia son jóvenes preocupados por mantenerse delgados que no quieren renunciar al consumo de bebidas alcohólicas para divertirse, la solución: no comer.

Los efectos negativos del alcohol

Adriana Hernández, periodista

Por: Adriana Hernández

Social Media Manager y periodista experta en nutrición y vida sana

Actualizado: 14 de septiembre de 2022

Tal y como demostraba un estudio publicado por la revista médica The Lancet hace unos meses, el alcohol es una sustancia más adictiva y dañina que la heroína y el crack, si se considera de una manera combinada el perjuicio que causa al consumidor y a las personas que le rodean. Los autores del estudio subrayaron que el alcohol, además de ser la droga más perjudicial en términos generales, es casi tres veces más dañina que la cocaína y el tabaco.

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Las bebidas alcohólicas son fuente de calorías vacías, esto es que carecen de micronutrientes (vitaminas y minerales) que sean beneficiosos para el organismo. En cuanto a su valor nutritivo, un gramo de alcohol aporta al organismo 7,1 calorías, más que un gramo de azúcar (4 calorías), así una lata de cerveza (350 ml) aporta al organismo unas 110 calorías, una copa de vino, unas 80 y mezclar cualquier bebida destilada con un refresco supera las 200. Por lo tanto, simplemente nos aportan algo de energía, la cual se verá contrarrestada por el efecto depresor que tienen sobre el sistema nervioso central reduciendo la capacidad de hablar, pensar, caminar, etcétera.

Además, el consumo de alcohol tiene un gran impacto en términos de salud. La Organización Mundial de la Salud ha advertido de la magnitud de los problemas de salud pública asociados al consumo de alcohol: a corto plazo, interfiere en los procesos de aprovechamiento de los nutrientes y provoca una disminución del apetito, lo cual ayuda a que se agraven las conductas de la drunkorexia. Y tomadas de forma abusiva y regular, están claramente relacionadas con el desarrollo de: obesidad, hipertensión arterial, hipertrigliceridemia, enfermedades hepáticas, pancreatitis, gastritis, cáncer de estómago y de esófago y, en otro orden de cosas, el riesgo de sufrir accidentes de tráfico.

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Estos efectos son aún mayores en las mujeres, ya que metabolizan más rápido el alcohol, con lo que el daño afecta de manera más rápida a sus órganos vitales, especialmente en cuanto a cardiopatías se refiere.

Por tanto, lo mejor es consumir alcohol sólo de manera esporádica y con control o directamente no hacerlo.

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Creado: 30 de enero de 2012

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