Ejercicio físico y psoriasis
La psoriasis se manifiesta en la piel, pero el problema yace bajo ella, y la mejor forma de prevenir los brotes es mantenerse activo y en buena forma. Te explicamos cómo el ejercicio físico combate esta enfermedad.

Beneficios del ejercicio físico para la psoriasis

Un adulto mayor bebe agua tras una sesión de ejercicio al aire libre
Cualquier aumento en la actividad física diaria ayudará a evitar la aparición de las enfermedades asociadas a la psoriasis.

Por: Ivanna Muriel Lamas

Médico especialista en Medicina Física y rehabilitación

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Cualquier aumento en el nivel de la actividad física diaria constituirá un paso a favor para evitar la aparición de las enfermedades asociadas a la psoriasis, ya que se traduce en un mayor trabajo cardiorrespiratorio y una mejoría en la condición física, reduciendo el riesgo de padecer obesidad, hipertensión, diabetes, dislipemias, o enfermedades cardiovasculares. Se puede empezar por tomar algunas decisiones saludables todos los días como: ‘subiré por las escaleras’, ‘iré caminando hasta la tienda’, ‘pasearé por el parque con María’…

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Además, debemos informarnos y tener una educación sanitaria básica que nos ayude a comprender que nuestras lesiones en la piel, aunque son visibles, también son tratables, y que tenerlas durante un período de tiempo no supone que debamos de avergonzarnos ni alterar nuestras actividades por su causa. Si no podemos soportar que los demás vean las lesiones, y esto nos impide practicar deporte al aire libre o en el gimnasio, por ejemplo, es conveniente contar con algún apoyo psicológico que nos permita superarlo.

Ejercicio y psoriasis

Realizar ejercicio aeróbico de intensidad moderada proporciona grandes beneficios fisiológicos a cualquier persona y, por supuesto, a los pacientes con psoriasis, a los que aporta los siguientes efectos beneficiosos que ayudarán a controlar la evolución de la enfermedad:

  • Reactiva el metabolismo corporal. El hecho de realizar ejercicio físico vigoroso producirá una activación de nuestros músculos, nuestro sistema cardiovascular y nuestro sistema respiratorio; además, se liberan hormonas, y el metabolismo basal que logra que todo esto suceda aumenta.
  • Ayuda al manejo de los niveles de lípidos y azúcares en la sangre. Al hacer ejercicio físico, sobre todo aeróbico, realizamos un esfuerzo cardíaco que mantiene a nuestros vasos sanguíneos permeables y libres de acumulación de grasas. Activar nuestros músculos de manera más vigorosa a la normal, hace que utilicemos aquellos azúcares que puedan estar libres en sangre y, por ende, regularizar los niveles de glucemia.
  • Mejora la efectividad de nuestro sistema inmune. Ayuda a activar las células de defensa que circulan por todo nuestro cuerpo a través del torrente sanguíneo de manera más exhaustiva al realizar ejercicio físico, y logran llegar a aquellas zonas donde se debe modular la inflamación presente en la psoriasis.
  • Mejora el condicionamiento de nuestros vasos sanguíneos y corazón. El corazón está compuesto de músculo, y el ejercicio físico lo irá condicionando de manera progresiva. De manera concomitante, este esfuerzo hace que el bombeo del corazón sea más fuerte, y evita la acumulación de placas de ateroma en nuestros vasos sanguíneos.
  • Disminuye la conservación de energía calórica, con la consecuente pérdida de peso. Al aumentar la actividad física que realizamos disminuiremos la cantidad de calorías preservadas. Si no acumulamos calorías en nuestro cuerpo, perderemos peso.
  • Mejora la autoestima y la percepción de la imagen corporal. Cualquier ejercicio físico que practiquemos tendrá una recompensa. En principio nos notamos con mayor energía durante el día, luego observamos cambios en nuestro tono muscular y disminución de peso. Esto nos hará sentirnos bien con nosotros mismos por el esfuerzo realizado y también con nuestro cuerpo.

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Creado: 22 de agosto de 2016

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