Atonía uterina, causa de hemorragia posparto
La atonía uterina es la primera causa de hemorragia tras el parto y, si no se controla correctamente, puede tener consecuencias mortales para la parturienta. Conoce cómo se aborda esta complicación del posparto.

Tratamiento de la atonía uterina

Carmen Moreno

Por: Carmen Moreno

Periodista especializada en Salud, Embarazo, Infancia y Tercera Edad

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

La atonía uterina no se puede prevenir antes del parto y, por tanto, la prevención consiste en atajar cuando se produce este problema, afirma la matrona Mari Ángeles Fernández. No obstante, cada vez se presta más atención durante el parto para controlar cualquier complicación que pudiera suceder. 

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Así, la matrona Mónica Carreño destaca que, actualmente, en la mayoría de los hospitales “se lleva a cabo lo que se conoce como alumbramiento dirigido o manejo activo del tercer periodo del parto. Esto se consigue mediante el uso de un fármaco uterotónico que se administra a la madre en el primer minuto de vida del bebé,  ayudando al útero a contraerse”.

Asimismo, como la atonía uterina puede suceder inmediatamente tras el parto o después, la mamá suele permanecer controlada, después de dar a luz, durante un periodo mínimo de dos horas, “hasta que se normalizan las constantes y se vigila que el sangrado no sea superior al normal”, matiza Mónica Carreño.

Problemas de atonía uterina

Cómo se trata la atonía uterina

Con respecto al abordaje de este problema, la oxitocina y el credé (masaje uterino) son las opciones principales. En cuanto la mujer empieza a sangrar, los profesionales del parto pueden apreciar fácilmente la atonía uterina. El protocolo establece como más inmediato el credé o masaje uterino, que consiste en frotar la tripa para favorecer la contracción. El masaje también puede ser combinado, lo que se conoce como maniobra bimanual, que consiste en masajear a la vez con una mano desde dentro del útero y otra por fuera. Si no fuera suficiente, se administra oxitocina exógena

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En general, con estas dos herramientas se suele conseguir frenar el sangrado, pero sino fuera así, se recurriría a la intervención quirúrgica. Y, en los casos muy graves, se realizaría una histerectomía.

Creado: 11 de agosto de 2014

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