Dr. Juan Carlos Galofré

Experto en tiroides y especialista en endocrinología de la Clínica Universidad de Navarra
El Dr. Galofré, coordinador del Área del Tiroides de la SEEN, explica cómo detectar una posible disfunción tiroidea, y destaca la importancia de vigilar el funcionamiento de esta glándula antes, durante, y después del embarazo.
Dr. Juan Carlos Galofré
“Hay cierta predisposición genética tanto al hiper como al hipotiroidismo; probablemente la alteración sea de origen autoinmune, y puede interactuar con factores ambientales –estrés, alimentación, embarazo– que son los que disparan la disfunción tiroidea”

09/06/2016

A pesar de que las hormonas tiroideas desempeñan un papel fundamental en la correcta función de órganos como el cerebro o el corazón, y también resultan claves para la maduración cerebral del feto y del niño en sus primeros años de vida, la tiroides es una glándula poco conocida por la población, y los síntomas que indican que puede existir una alteración en su funcionamiento se confunden a menudo con los de otros problemas de salud. Hablamos de las disfunciones tiroideas (hipotiroidismo e hipertiroidismo), su diagnóstico y tratamiento, con el Dr. Juan Carlos Galofré, coordinador del Área de conocimiento del tiroides de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que hace especial hincapié en la importancia que tiene estudiar la función tiroidea en todas las mujeres en edad fértil que deseen quedarse embarazadas, y se les administre yodo antes y durante la concepción, y en el periodo de lactancia, para prevenir el déficit de este mineral.

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Se estima que el 7% de la población europea sufre una disfunción tiroidea y lo desconoce, ¿qué signos pueden hacer sospechar a una persona de que tiene un trastorno de este tipo?

La disfunción más frecuente de la tiroides es el hipotiroidismo, que tiene síntomas muy vagos, muy generales, que a veces se pueden confundir con situaciones de cansancio, tendencia a engordar, estreñimiento, piel seca…; y ante estos síntomas es importante realizarse un análisis de sangre y comprobar cómo está la TSH, que es una hormona hipofisaria que regula el tiroides y, si está mal, se diagnostica hipotiroidismo, y se puede poner un tratamiento. Si está bien, las causas del cansancio, el estreñimiento, etcétera, serán otras, y habrá que buscarlas.

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En el otro lado del espectro estaría el hipertiroidismo, que produce lo contrario: nerviosismo, temblor de manos, diarrea, un especial intolerancia al calor, estar muy hiperactivo; se trata de síntomas más significativos, más clínicamente relevantes. Y en este caso sucede lo mismo, y si uno está muy acelerado conviene realizarse el mismo análisis, y si se confirma que está hipertiroideo se le pone el tratamiento adecuado.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo para sufrir hipertiroidismo e hipotiroidismo?

Hay cierta predisposición genética. Si en tu familia hay personas que tienen disfunción tiroidea, tanto hiper como hipotiroidismo, probablemente la alteración sea de origen autoinmune, y esa predisposición genética –alrededor del 10-15% de la población tiene ese tipo de asociación de enfermedades autoinmunes en la familia– puede interactuar con factores ambientales, no del todo bien conocidos –estrés, el tipo de alimentación, u otros que no se han identificado–, que son los que disparan la disfunción tiroidea.

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También a veces se relaciona con el embarazo. Son diferentes razones que, junto a la predisposición genética, facilitan el desarrollo de hipotiroidismo.

En ese caso, tampoco será posible prevenir los trastornos de la tiroides, ¿no?

No, no está en nuestra mano prevenirlos, aunque se puede hacer algo, ya que algunos trabajos han demostrado que la ingesta de selenio puede ralentizar la aparición de enfermedades autoinmunes, en concreto de la enfermedad autoinmune del tiroides. Algunos grupos han mostrado que esto es así, aunque en otros no se podido confirmar.

Algunos trabajos han demostrado que la ingesta de selenio puede ralentizar la aparición de la enfermedad autoinmune del tiroides

Hay un trabajo importante que muestra que los pacientes que tienen oftalmopatía tiroidea, es decir, hipertiroidismo con afectación ocular, que afecta a la mitad de los pacientes con enfermedad de Graves, que es la más frecuente que produce hipertiroidismo, si le administras selenio mejora el pronóstico en estos pacientes. Por eso, aunque no está muy probado en algunos trabajos sí se ha demostrado que el tratamiento con selenio es eficaz. Y yo a veces le recomiendo a los pacientes que tomen 200 microgramos de selenio, porque puede ayudarles a prevenir que no se desarrolle la disfunción tiroidea autoinmune.

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¿Cómo se tratan los trastornos tiroideos? ¿Es necesario tomar medicación de por vida?

Los endocrinólogos tratamos casi todo, pero curamos muy poquitas cosas. Sabemos tratar muy bien la disfunción tiroidea. El hipotiroidismo, efectivamente, una vez que se establece, y en la mayoría de los casos, a no ser que se trate de una tiroiditis, que a veces son transitorias, si es un hipotiroidismo autoinmue, que es el más frecuente –la conocida enfermedad de Hashimoto–, ese ataque autoinmune hace que la glándula se fibrose y deje de funcionar, y esto se mantendrá de por vida, y cada vez tendremos que ir dando un poquito más de hormona tiroidea. Tampoco es ninguna tragedia porque tomar un comprimido al día de hormona tiroidea no es un problema. Y como la vida media de la hormona es larguísima, desde que la tomas hasta que la eliminas pasan 15 días, de manera que si un día el paciente se olvida de tomar la hormona tampoco pasa nada, y ni lo notará. Así que aunque haya que tomarla todos los días, también permite una gran flexibilidad, y efectivamente el tratamiento es bueno, pero no curativo.

El hipotiroidismo autoinmue, que es el más frecuente, hace que la glándula se fibrose y deje de funcionar; esta disfunción se mantendrá de por vida

El hipertiroidismo sí que lo curamos. La mitad de los pacientes con enfermedad de Graves, una vez que se les da un tratamiento médico durante un periodo de entre seis y 18 meses, con lo que llamamos antitiroideos, se curan y ya no vuelven a sufrir la enfermedad. En la otra mitad sí que recidiva, y en esos nos planteamos una terapia más agresiva, un tratamiento quirúrgico, administrarles yodo radiactivo, y también los curamos y los dejamos hipotiroideos, pero esto es lo que hay ahora y la verdad es que los pacientes lo toleran bien, y el tratamiento es excelente.

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Los pacientes con hipo o hipertiroidismo ¿tienen más posibilidades de desarrollar un cáncer de tiroides?

No. Va por otro lado, una alteración como la disfunción tiroidea significa que el tiroides no te funciona bien, y otra cosa es que tengas un cáncer de tiroides, que es una alteración genética, que hace que una célula se vuelva loca, se vuelva cancerosa y empiece a replicarse por su cuenta, fuera del control del organismo. Pero no van paralelos. A veces se ha dicho que si estás hipotiroideo eso puede estimular el tiroides y que produzca más nódulos, pero creo que esto no está consistentemente demostrado.

Disfunciones tiroideas en el embarazo

¿Y por qué se producen disfunciones tiroideas en algunas mujeres embarazadas aunque nunca antes hayan presentado este problema de salud?

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Esto es algo muy importante sobre lo que todavía existe mucho desconocimiento; y es una pena que a veces no se compruebe la función tiroidea en mujeres embarazadas, porque eso repercute en el desarrollo neurocognitivo del futuro bebé. Aunque partamos del supuesto de que la mujer tiene una función tiroidea normal, durante el embarazo hay un requerimiento de un 50% más de hormona tiroidea, y la madre necesita hacer hormona para ella y para su hijo.

Es como un coche que quiere subir una cuesta, y llanea bien, pero en la cuesta tiene que hacer un esfuerzo extra; el embarazo es como una cuesta para el tiroides. Si la glándula tiroidea, que tiene mucha plasticidad, está sana, no le supone ningún esfuerzo, pero si tenemos una hormona tiroidea que ya está en el límite, llanea muy bien, en la vida ordinaria no hay ningún problema, pero el embarazo le cuesta más. Por ello, en toda mujer en edad fértil que busque quedarse embarazada conviene determinar la función tiroidea, y también los anticuerpos antitiroideos, porque la presencia de anticuerpos ya nos indica que tiene una predisposición para desarrollar una disfunción tiroidea. Y en esas pacientes será necesario un seguimiento de la función tiroidea y, si observamos que la función tiroidea tiende hacia el hipotiroidismo, será muy sencillo darle a la mujer un poquito más de hormona tiroidea, habitualmente un 30 o un 50% más de lo que produce la glándula tiroides en condiciones normales, y con eso irá muy bien el embarazo.

Me pregunto por qué algunas veces todavía hay una cierta resistencia a hacer algo tan sencillo como medir la función tiroidea y administrar suplementos de yodo a toda mujer que busque quedarse embarazada

Y también hay que añadir yodo, un suplemento de 200 microgramos de yodo en toda mujer que esté buscando una gestación, o se encuentre en periodo de lactancia.

¿El yodo habría que empezar a tomarlo antes del embarazo, como ocurre con el ácido fólico?

Eso es lo óptimo, porque los momentos críticos del desarrollo del sistema nervioso del hijo son los tres primeros meses. Y en ese primer trimestre el feto no va a producir hormona tiroidea, sino que la producirá a partir de la mitad del embarazo, cuando ya tiene su tiroides y empieza a producir su propia hormona tiroidea, así que los primeros meses depende enteramente de la hormona de la madre. Y la madre, cuando se entera de que está embarazada es la primera falta, lleva embarazada dos o tres semanas, y en esa etapa en la que ya empieza el niño a desarrollarse si la mujer no se queda hipotiroidea mejor, porque son momentos críticos para el desarrollo de su hijo. Por ello, si la mujer acude a una consulta preconcepcional y se comprueba que falta un poco de hormona tiroidea, se la damos, para que en el momento en que se quede embarazada tenga ya las necesidades cubiertas.

Pero entonces, ¿por qué no se determina la función tiroidea en todas las embarazadas?

Eso me gustaría a mí también saberlo. Y se trata simplemente de un análisis de la TSH. Gracias a Dios cada vez se determina más, pero no hay esa cultura de prevenir este trastorno, sin embargo, si le preguntas a las mujeres todas desean que se la determinen porque quieren saber lo mejor para su hijo, y por eso me pregunto por qué algunas veces todavía hay una cierta resistencia a hacer algo tan sencillo como medir la función tiroidea y administrar suplementos de yodo a toda mujer que busque quedarse embarazada.

En caso de que no se detecte el hipotiroidismo durante el embarazo, ¿qué consecuencias puede tener para la salud de la mujer y del bebé?

No quisiera ser alarmista, pero sí es cierto que el cociente intelectual y el desarrollo neurocognitivo de los niños depende de la función tiroidea de la madre durante el embarazo. Se sabe que los niños que nacen de mujeres hipotiroideas tienen un menor desarrollo neurocognitivo –en grandes números– que los niños que nacen de mujeres normales. 

Precisamente una de las funciones de las hormonas tiroideas es contribuir a la maduración cerebral del niño no solo durante la gestación, sino en los primeros años de vida, ¿se controla que la tiroides funcione correctamente después del nacimiento y durante esa primera etapa del desarrollo infantil?

Sí, en todo niño que nace, se hace la prueba del talón, miden el TSH, y si los niños tienen hipotiroidismo congénito, que es raro, se detecta, y en seguida si la TSH está alta se le da al niño hormona tiroidea, porque durante los primeros años también es muy importante que reciban la hormona tiroidea. En esos casos sí que hay una política universal que incluye hacer la prueba del talón a todo niño que nace en España.

Estamos hablando del problema de la madre, no tanto del bebé, si bien el niño puede ser hipotiroideo por varias razones, porque tenga un problema enzimático, o porque tenga un problema anatómico, y eso se suele mirar.

Y en el caso de la mujer que ha tenido ese problema de tiroides durante el embarazo, ¿este se corrige espontáneamente después del parto, o se sigue manteniendo la disfunción tiroidea?

Hay de todo. Si la causa, que es la más frecuente, es autoinmune, el embarazo supone cierto desgaste para el tiroides. En mi experiencia, y también de acuerdo con datos de trabajos que hemos publicado, si durante el embarazo la mujer necesita poca hormona tiroidea, alrededor de la mitad de lo que produce un tiroides, y esas necesidades son constantes a lo largo de toda la gestación, generalmente después del parto vuelve a la normalidad, se queda con una función tiroidea normal, y no necesita tratamiento después del parto. Pero si la mujer durante todo el embarazo ha ido aumentando las necesidades; es decir, 25 el primer trimestre, 50 microgramos en el segundo trimestre, 75 en el tercer trimestre…; esas pacientes generalmente después del parto necesitan hormona tiroidea, o sea, que se quedan con hipotiroidismo residual. Se produce una especie de desgaste de la función tiroidea.

Si seleccionas un grupo de población de mujeres hipotiroideas y estudias el desarrollo cognitivo y la capacidad intelectual de sus hijos, observas que es menor en términos generales que en el caso de los hijos de mujeres con una función tiroidea normal

Y también es importante si la causa es autoinmune –el 50% de las mujeres tienen una causa autoinmune–, es decir, una tiroiditis de Hashimoto, y esas pacientes sufrirán lo que se conoce como una tiroiditis posparto, que aparece como a los tres o cuatro meses después del parto. Las mujeres entran generalmente en una fase de hipertiroidismo, se ponen nerviosas y manifiestan todos los síntomas de hipertiroidismo, y luego entran en una fase de hipotiroidismo, que a veces se confunde con una depresión posparto, y luego ya se normaliza la función tiroidea; pero todo este proceso dura casi un año, en el que se encuentran mal y no reciben la atención adecuada, cuando solo sería necesario comprobar que tienen un hipotiroidismo y tratarlo correctamente.

Tanto si se encuentran con síntomas de hipertiroidismo –nerviosismo, taquicardias temblor de manos, estar más acelerada…–, como si se encuentran con hipotiroidismo –cansancio, tendencia a estar más apagada, estreñimiento, tendencia a engordar, piel seca…–, todo eso pueden ser síntomas de disfunción tiroidea que se diagnostica con un simple análisis que determine cómo está la TSH, y que se puede tratar de forma muy fácil con la medicación que necesita.

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