La prevención de la esquizofrenia no es posible, pero numerosos estudios demuestran que ciertas anomalías del desarrollo motor (habla, coordinación, conducta social, etcétera) que sufren niños y jóvenes e, incluso, marcadores intrauterinos, son indicios de la existencia de la enfermedad muchos años antes de que ésta se manifieste, según explica el profesor Celso Arango.

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Arango, jefe de la Unidad de Adolescentes de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), añade que “existen evidencias que muestran que la esquizofrenia es una enfermedad del neurodesarrollo”.

La detección precoz es importante para prestar el apoyo necesario y conseguir mejorar la calidad de vida de los enfermos y sus familiares, pero los expertos advierten que el abandono total o parcial de la medicación es un problema destacable, ya que casi el cuarenta por ciento de los pacientes abandona el tratamiento antipsicótico durante el primer año, y el 75 por ciento lo hace durante el segundo año, sufriendo una recaída de la enfermedad entre los seis y los veinticuatro meses después de la supresión de los fármacos.

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Nuevos medicamentos para la esquizofrenia

Medicamentos para la esquizofrenia

En la actualidad, el tratamiento de la esquizofrenia se basa en la administración de fármacos antipsicóticos y en las terapias psicosociales, pero se están analizando los efectos secundarios de estos medicamentos, ya que existen estudios que evidencian que el uso de estos fármacos aumenta la incidencia de efectos secundarios en los pacientes más jóvenes.

Por ello, el objetivo de los científicos es que se aumente la inversión en investigación para combatir con eficacia trastornos mentales como la esquizofrenia, así como reducir la discapacidad que originan, teniendo en cuenta las necesidades de los enfermos.

El coste asociado a la esquizofrenia en España supone el 2,7% del coste sanitario total del Sistema Nacional de Sanidad, y se estima que esta patología afecta al uno por ciento de la población española, aunque sólo el cincuenta por ciento de los enfermos diagnosticados recibe tratamiento.

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Actualizado: 28 de agosto de 2017

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