Los expertos estiman que la incidencia del ictus a nivel mundial se incrementará en los próximos años a consecuencia del envejecimiento de la población y que, de cada seis personas, una sufrirá un ictus en algún momento de su vida.

El 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, que pretende divulgar el conocimiento de esta enfermedad, con el objetivo de aprender a reconocer sus síntomas y la mejor forma de prevenirla. El ictus constituye un grave problema de salud mundial porque es la segunda causa por la que fallecen las personas cuya edad supera los 60 años, y la quinta en aquellos cuya edad oscila entre los 15 y los 59 años, según la Organización Mundial del Ictus (OMI).

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El envejecimiento de la población, como consecuencia del incremento de la esperanza de vida, elevará todavía más la mortalidad causada por esta patología, así como el número de personas que padecerán secuelas tras sufrir un episodio (el ictus es la principal causa de invalidez en el mundo y la segunda de demencia, tras el alzhéimer). Los expertos advierten ponen de relieve la importancia de evitar los factores de riesgo modificables y aprender a reconocer los signos que revelan que una persona está sufriendo un ataque.

En España, el ictus o infarto cerebral, ya es la principal causa de muerte entre la población femenina; las mujeres cuentan con factores de riesgo propios como el embarazo, el posparto y la menopausia, y en ellas el ictus suele producirse a edades más avanzadas y los episodios son más graves.

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Cómo prevenir el ictus

El riesgo de padecer un ictus se puede disminuir evitando los factores de riesgo modificables. Controlar la presión arterial y los niveles de colesterol, seguir una dieta equilibrada, pobre en grasas, y evitar el sobrepeso, practicar ejercicio con regularidad de forma moderada, y no fumar ni consumir drogas, son algunas de las medidas que se pueden poner en práctica para reducir la incidencia de esta enfermedad.

La atención inmediata y la rehabilitación precoz resultan imprescindibles para mejorar la calidad de vida de los afectados, ya que el 60% de los que sobreviven necesitan rehabilitación. Reconocer los signos del ictus también es vital porque cuanto antes se trate al enfermo, más posibilidades tiene de sobrevivir y de presentar un menor número de secuelas. Entre los síntomas que pueden alertar de un ictus:

  • Trastorno repentino de la sensibilidad, o debilidad muscular, en un lado del cuerpo.
  • Dificultades para hablar o comprender.
  • Alteraciones de la visión.
  • Dolor de cabeza más intenso de lo normal, que se presenta de forma repentina y se acompaña en ocasiones de náuseas y vómitos.
  • Pérdida de consciencia, que puede llegar al coma si el ataque es muy grave.
  • Falta de equilibrio.

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Actualizado: 17 de enero de 2017

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