Los problemas cardiovasculares y la diabetes están a la orden del día. De hecho, la relación entre ambos es cada vez más evidente, tal y como se ha puesto de manifiesto en la reciente celebración de la jornada Salud Cardiovascular: La diabetes y sus factores de riesgo, en la que también participaron representantes de la Federación Nacional de Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (ALCER) y de la Fundación Española del Corazón (FEC).

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Entre las principales complicaciones que presenta la diabetes se encuentran los problemas renales y los cardiovasculares, siendo estos últimos, además, la principal causa de muerte asociada a la diabetes1. Sin embargo, el desconocimiento y la falta de concienciación hacen que no suelan ser tenidas en cuenta. Los expertos se quejan de la falta de estudios sobre la asociación de estos factores y la escasez de políticas que contribuyan de manera efectiva a mejorar los hábitos de vida de los españoles para evitar problemas cardiovasculares.

El presidente de la FEDE, Ángel Cabrera, aportó datos impactantes sobre estos aspectos tales como que la diabetes es la primera causa de ceguera en adultos; la primera de inclusión en programas de tratamiento sustitutivo renal (diálisis o trasplante), y la cuarta de muerte prematura en mujeres y la octava en hombres. De ahí que Cabrera haya insistido en este foro en la necesidad de formar e informar a los pacientes para que puedan entenderla correctamente y tomen el control de su propia enfermedad.

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Relación entre riñones y corazón

A parte de las cardiovasculares, las enfermedades relacionadas con el riñón son otras de las complicaciones de la diabetes que deben tenerse en cuenta. La diabetes tipo 2 es la causa más frecuente de insuficiencia renal en los países del mundo occidental. Además, el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares es hasta tres veces mayor en pacientes con insuficiencia renal2. En palabras del presidente de ALCER, D. Alejandro Toledo, “debemos concienciarnos de que los riñones afectan al corazón y el corazón a los riñones. Estos órganos están interrelacionados y, por ello, hay que cuidarlos a la vez”.

En España, la Enfermedad Renal Crónica (ERC) afecta al 9,9% de la población española, según un estudio que la Sociedad Española de Nefrología (SEN) realizó entre 2005 - 2006. En este informe, además, se detectó que los pacientes que tenían algún grado de enfermedad renal padecían también de hipertensión arterial (24%) y diabetes (9,2 %), con lo que el riesgo de progresión hacia un tratamiento sustitutivo de la función renal (diálisis o trasplante) era mucho mayor. El presidente de ALCER añadió también la existencia de diferentes estudios que han determinado que “muchos pacientes no llegan a este tratamiento sustitutivo porque fallecen con anterioridad y de forma mayoritaria por problemas cardiovasculares; muchos de éstos no conocían que tenían un problema de funcionamiento de sus riñones”. Una vez más, la prevención y la educación sanitaria se revelaron como fundamentales para reducir la mortalidad de estos pacientes.

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Llevar una alimentación equilibrada y variada, disminuyendo el consumo de sal y azúcares es una de las reglas esenciales para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. A esto hay que añadir la práctica de, al menos, 30 minutos de ejercicio diario, el control del peso y de la tensión arterial, la revisión de los niveles de colesterol y glucosa, el control del estrés y la ansiedad o el abandono del tabaco. Además, cada persona debería conocer su riesgo cardiovascular mediante una visita médica donde consultar todas las dudas acerca de los hábitos de vida saludables adecuados para cada individuo.

Fuente: FEDE, ALCER y FEC

Actualizado: 1 de agosto de 2017

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