Gato persa
El gato persa se caracteriza por su nariz chata, su pelaje largo y suave, y un cuerpo firme y robusto. Es la mascota perfecta para los que buscan un animal dócil, cariñoso y tranquilo, pero requiere un cepillado diario.

Salud y reproducción del gato persa

Diana Oliver Ortiz

Por: Diana Oliver

Periodista especializada en vida sana, maternidad e infancia y mascotas

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

El gato persa es una de las razas felinas con mayor predisposición a enfermedad periodontal (gingivitis, infecciones, sarro…) debido a la forma de su cabeza por lo que, según explica a Webconsultas la veterinaria Violeta León Mateos, “debemos prestar especial atención a su boca durante toda la vida del animal”. Señala también Violeta que, como raza braquicéfala (sobre todo los individuos más chatos y con menos apertura de orificios nasales), “pueden presentar problemas respiratorios”, siendo también habitual encontrar en consulta “bastantes gatos atópicos (alergia al ambiente) con problemas dermatológicos”.

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En esto coincide el veterinario de Cristina Veterinarios, José Luis Guerrero, y añade que “la enfermedad más característica de los gatos persas es la enfermedad políquística renal”. Se trata de una enfermedad de tipo hereditario que afecta a los riñones del animal: se van deteriorando a lo largo de su vida, culminando en una insuficiencia renal incurable. “Como es una enfermedad hereditaria es importante asegurarse de que los padres de nuestro futuro gato persa no sean portadores de la enfermedad”, señala.

También es frecuente en gatos persas una enfermedad cardíaca denominada cardiomiopatía hipertrófica, y que consiste en un aumento paulatino del grosor de las paredes del corazón del gato, sin síntomas en sus inicios, pero que finalmente conduce a una insuficiencia cardíaca por mal funcionamiento del corazón. Explica José Luis que “hay un componente hereditario en esta enfermedad, aunque otras enfermedades como la hipertensión y el hipertiroidismo también desencadenan esta dolencia”.

Cachorros de gato persa

Por último, debemos tener en cuenta que al ser gatos de pelo largo tragan una gran cantidad de pelo muerto al acicalarse, especialmente si no se les cepilla con la regularidad que necesitan. El pelo ingerido se acumula en el estómago y termina provocando el vómito de lo que se conoce como ‘bolas de pelo’. Aunque esto se considera normal en gatos persas si ocurre una vez a la semana o cada dos, los expertos recomiendan que si aumenta el número de ocasiones en las que el animal vomita se consulte a un veterinario, para descartar patologías de tipo intestinal o de la piel que puedan provocar una excesiva caída de pelo.

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Reproducción del gato persa

La reproducción del gato persa no difiere de la reproducción de otras razas felinas. En el caso de las hembras de gato persa, no se observa que desarrollen comportamiento sexual antes de alcanzar al menos los dos kilos y medio de peso, siendo los meses que van de enero al final del verano los de mayor actividad sexual.

En cuanto al tiempo de gestación, José Luis Guerrero expone que “puede ser variable dependiendo de varios factores, pero en la mayoría de gatas será de entre 63 y 65 días”. Tras este período, la gata pare entre tres y cinco cachorros; teniendo en cuenta que, según el veterinario, “en la primera gestación las camadas tienden a ser menos numerosas que en las siguientes”.

Desde la experiencia de Flor Dessal, veterinaria del centro clínico felino Gattos, los partos de esta raza “suelen complicarse, y en muchas ocasiones hay que recurrir a la cesárea, sobre todo en las hembras de pequeño tamaño con gestación múltiple”. Coincide José Luis, quien añade que “muchas veces la madre no es capaz de cortar el cordón umbilical y separarlos de las placentas por la forma chata de su cabeza”. Todo ello conviene tenerlo en cuenta para proporcionar a tu gata persa el cuidado de un veterinario si fuera necesario.

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Creado: 22 de septiembre de 2017

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