Síndrome del impostor
Un impostor es aquel que finge ser alguien que no es para conseguir un objetivo. Por el contrario, las personas con síndrome del impostor piensan que no merecen el éxito que han alcanzado y se sienten un fraude.

Cómo abordar el síndrome del impostor

Abordaje psicológico del síndrome del impostor
Aprender a realizar valoraciones adecuadas de la realidad, especialmente de tus éxitos y fracasos, y a reconocer tus puntos fuertes y débiles te ayudará a superar el síndrome del impostor.
Dra. Vanesa Fernández López

Por: Dra. Vanesa Fernández López

Psicóloga, especialista en emociones

Actualizado: 28 de junio de 2022

Debido a que no podemos cambiar el pasado, será difícil abordar el síndrome del impostor atendiendo solo a los determinantes ambientales del mismo. Si bien es importante que la persona que lo padece y vive atormentado por el éxito entienda qué acontecimientos vitales e historias de aprendizajes la han podido llevar a sentirse así, lo importante será trabajar con los determinantes actuales del mismo, que son los que mantienen su problema.

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En este sentido, existen dos grandes bloques de actuación para tratar de corregir el síndrome del impostor:

  • Control de los pensamientos: es muy importante que aprendas a realizar valoraciones adecuadas de la realidad, y especialmente de tus éxitos y fracasos, pues sólo así podrás adecuar tus expectativas. Una buena estrategia que puedes adoptar es que cada vez que tengas un éxito o un fracaso anotes en una columna si crees que ha dependido o no de ti, si es general (se dará en cualquier contexto), o específico (solo ocurrirá en esa situación concreta), y si es temporal (ha ocurrido sólo esa vez) o permanente (se dará en otras circunstancias). Reflexiona sobre las implicaciones que tienen tus respuestas, y si lo consideras posible o conveniente contrástalas con lo que piensan otras personas que te conocen.
  • Adquisición de habilidades: no todos tenemos que saber de todo ni tener todas y cada una de las competencias adquiridas por otros. Haz un checklist de tus puntos fuertes y débiles, tanto a nivel de formación y competencia profesional como personal (por ejemplo, la dificultad para hacer críticas, defender mis derechos, etcétera). Posteriormente anota al lado la estrategia que te planteas para conseguir mejorar aquellos aspectos de tu personalidad o aptitudes que consideres necesario, ya que esto te ayudará a ganar seguridad en tus propias posibilidades. 

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Además, se pueden llevar a cabo algunas acciones encaminadas a mejorar y evitar este síndrome en el entorno laboral, por ejemplo:

  • Reconocer los éxitos propios y ajenos: de esta manera se consigue un entorno laboral saludable y una buena relación con los compañeros, esto repercutirá directamente en una mayor confianza a la hora de reconocer nuestros triunfos.
  • Promover grupos laborables sanos: como decíamos en el punto anterior, un buen ambiente es clave para evitar este síndrome. Por ello, es importante fomentar la creación de grupos de trabajo en los que se pueda decir lo que se piensa y se pueda pedir ayuda siempre que se necesite, sin miedo a ser juzgados.
  • Fomentar prácticas diversas, inclusivas y equitativas en el trabajo: si todos los miembros de la empresa tienen las mismas oportunidades, los empleados sentirán menos inseguridades y esto permitirá potenciar al máximo las destrezas y los talentos profesionales de cada uno.
  • Ofrecer feedbacks o comentarios constructivos: si eres una de las personas que lidera un grupo, es importante que los comentarios laborales sean constantes y transparentes, siempre orientados a una mejora y dados con respeto y empatía. Saber qué se hace bien y qué es lo que se hace mal nos ayudará a ganar en seguridad y a reducir la inestabilidad que genera el síndrome del impostor.

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Creado: 4 de septiembre de 2015

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