Trastorno de personalidad paranoide
Las personas con esta alteración de la personalidad sufren episodios paranoides –caracterizados por una excesiva suspicacia y recelo hacia las intenciones ajenas–, que les causan problemas para relacionarse.

Síntomas del trastorno de personalidad paranoide

Dr. Juan Moisés de la Serna

Por: Dr. Juan Moisés de la Serna

Doctor en Psicología

Actualizado: 29 de julio de 2022

La presencia reiterada de episodios paranoides es la característica principal del trastorno paranoico de la personalidad, o de personalidad paranoide, y en el transcurso de dichos episodios el individuo mostrará alguno de los siguientes síntomas o manifestaciones:

  • Sospechar que los demás le van a hacer daño, se van a aprovechar de él o le van a engañar, sin que exista una base real que justifique este temor.
  • Preocupación excesiva sobre los verdaderos sentimientos de lealtad y fidelidad de sus amistades y compañeros de trabajo.
  • Exageración de las circunstancias normales, viendo signos de peligro y amenaza por todos lados.
  • Excesiva falta de confianza en los demás. El sujeto evita proporcionar información personal u otra que considera sensible, ya que piensa que va a ser traicionado, y que dicha información será empleada contra él para hacerle daño o burlarse.
  • Cierta tendencia a rumiar mentalmente, es decir, a la repetición de recuerdos de palabras o gestos de otros que le fueron desagradables, como insultos o injurias –reales o imaginarios–, que hace que además sea muy rencoroso.
  • Suelen estar demasiado pendientes de sí mismos, con una actitud auto-referencial, que hace que se consideren más importantes que el resto.
  • Tendencia a dar una respuesta desproporcionada a los ataques de los demás, pudiendo presentar brotes de ira o de rabia incontrolada “sin venir a cuento”.
  • Distanciamiento emocional, mostrándose frío, riguroso y egocéntrico, para evitar que le hagan daño.
  • Hipersensibilización ante los comentarios ajenos sobre él, considerándolos una burla o un ataque a su persona o a su reputación.
  • Sospecha infundada de infidelidad de su pareja, lo que va a conllevar un estado constante de tensión, que en la mayoría de los casos lleva a la separación sentimental o al divorcio.
  • Aislamiento social, debido a su comportamiento reticente y esquivo, que le hace evitar tener más contacto con los compañeros que el establecido por el horario de trabajo.
  • Problemas familiares, normalmente por razones económicas, y debidos a su suspicacia, que le hace pensar que las personas de su confianza le están engañando, o que pueden contar sus intimidades a quien no deben, poniendo en riesgo su prestigio.
  • Dificultades para mantener un puesto de trabajo estable, debido al escaso esfuerzo por integrarse en su tarea, sobre todo cuando implica estar de cara al público, además de por sus pensamientos de sentirse explotado laboralmente.
  • Problemas de salud avanzados, como consecuencia de su desconfianza en los médicos y el personal sanitario, lo que hace que no acuda a consulta cuando se siente mal, y que en algunos casos se automedique, con los consiguientes riesgos asociados.
  • Hostilidad injustificada y sin adecuarse a las circunstancias, pudiendo estallar ante cualquier persona, y que en algunos casos se acompaña de una actitud de desprecio al otro, como forma de mantener las distancias.
  • Manifestaciones de admiración y anhelo por las personas que tienen poder y ostentan un mayor rango social, mientras que desprecian a los que se muestran débiles o consideran de un rango inferior.

PUBLICIDAD

Creado: 15 de octubre de 2013

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD