Duchas vaginales aumentan la exposición a ftalatos

Las duchas vaginales pueden eliminar microorganismos que protegen la vagina, y un nuevo estudio revela que con esta práctica aumenta la exposición a los ftalatos, unas sustancias químicas nocivas para la salud.
Duchas vaginales aumentan la exposición a ftalatos
Los ftalatos pueden ser absorbidos por la delgada piel de la vagina y perjudicar la salud de la mujer, o la del feto en caso de que esté embarazada.

Las duchas vaginales, que consisten en lavar con chorros de agua o productos de higiene íntima la vagina, no solo pueden eliminar microorganismos que protegen este órgano frente a infecciones, sino que también pueden incrementar la exposición de las mujeres a los ftalatos, unas sustancias químicas presentes en numerosos productos de cuidado personal, que podrían alterar funciones hormonales y se han relacionado con problemas de salud, según concluye una investigación realizada en Estados Unidos que se ha publicado en Enviromental Health.

Las usuarias de productos de higiene íntima que se realizaban duchas vaginales dos o más veces al mes tenían unas concentraciones del metabolito DEP en la orina un 152% superiores a las que no los usaban

Los ftalatos pueden ser absorbidos por la delgada piel de la vagina y el ftalato de dietilo (DEP), en concreto, se emplea para retener el aroma y se encuentra en numerosos productos de higiene íntima femenina con fragancia, entre ellos algunos tampones, compresas, y preparados comerciales para realizar duchas vaginales.

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Los autores del trabajo estudiaron a 739 mujeres con edades comprendidas entre los 20 y los 49 años, que participaron en una encuesta nacional en la que explicaron sus hábitos sobre la utilización de productos de higiene íntima. Una vez en el organismo, los ftalatos se excretan en forma de metabolitos, por lo que los investigadores analizaron muestras de orina de las participantes y comprobaron que aquellas mujeres que se habían realizado duchas vaginales el mes anterior presentaban concentraciones de metabolitos de ftalatos un 52% superiores a las de las mujeres que no lo habían hecho.

Se observó, además, que existía una asociación dosis-respuesta entre la frecuencia de las duchas vaginales y los niveles de ftalato en el organismo, ya que las usuarias de productos de higiene íntima que se realizaban duchas vaginales dos o más veces cada mes presentaban unas concentraciones del metabolito DEP en la orina un 152% más elevadas que las que no los usaban.

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El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos y otros especialistas ya se habían manifestado en contra de las duchas vaginales por considerar que aumentan el riesgo de contraer infecciones como la enfermedad inflamatoria pélvica, enfermedades de transmisión sexual, e incluso problemas durante el embarazo. El nuevo estudio demuestra que, además, esta práctica puede exponer a las mujeres a sustancias química nocivas para su salud, o la del feto en el caso de que usen estos productos mientras están embarazadas.

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Actualizado: 17 de octubre de 2018

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