Dos fármacos podrían reducir los daños que causa el alcohol al feto

Dos fármacos que se usan para tratar problemas de tiroides y diabetes podrían reducir el déficit de aprendizaje y memoria que sufren los bebés con trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF), según revela un nuevo estudio.
Mujer embarazada con las manos sobre el vientre junto a una copa de vino, en primer plano, sobre una mesa
Una de cada diez embarazadas en todo el mundo consume alcohol.

Pese a los esfuerzos de las autoridades sanitarias para concienciar a la población de los efectos nocivos de la ingesta de alcohol durante el embarazo en la salud, tanto de la madre como del hijo, una de cada diez embarazadas en todo el mundo consume alcohol. Una acción que puede provocar el desarrollo del conocido como trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF), cuyos síntomas, según su gravedad, incluyen baja estatura, discapacidad intelectual, dificultades de aprendizaje, o rasgos faciales anormales.

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Ahora, científicos de la Universidad Northwestern (Estados Unidos) han comprobado, en una investigación realizada con ratones en el laboratorio, que la tiroxina y la metformina, dos fármacos empleados habitualmente para tratar problemas de diabetes y tiroides, podrían ayudar a subsanar tanto el déficit de aprendizaje como el de memoria, causados por la exposición del feto al consumo de alcohol de la madre.

El tratamiento con tiroxina justo después del nacimiento logró que los ratones expuestos al alcohol estuvieran casi a la par en habilidades cognitivas que los ratones nacidos de madres a las que no se les había ofrecido alcohol

La razón de su posible eficacia creen que se encuentra en algo que ya hallaron estudios anteriores: la hipotiroxinemia y la hiperglucemia de la hembra de ratón embarazada que consume alcohol afecta el neurodesarrollo fetal. Por ello, y en base a esa hipótesis, el equipo investigador aplicó durante una primera parte del estudio una dosis extra de tiroxina, una hormona tiroidea, a ratones recién nacidos que habían estado expuestos al alcohol antes del nacimiento, y cuyas madres podrían haber sufrido hipotiroxinemia como consecuencia de dicho consumo.

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La administración de tiroxina y metformina mejoró las habilidades cognitivas

La cantidad de alcohol ofrecido a las madres era aproximadamente lo que correspondería a un vaso o dos al día en los seres humanos. El tratamiento con tiroxina justo después del nacimiento logró que los ratones expuestos al alcohol estuvieran casi a la par en habilidades cognitivas que los ratones nacidos de madres a las que no se les había ofrecido alcohol.

En una segunda parte de la investigación, sus autores probaron los efectos de la metformina –un fármaco antidiabético– que tuvo un efecto similar al de la tiroxina. En este caso, el alcohol hace que se produzca una hiperglucemia y que el hipocampo produzca una menor cantidad de una enzima llamada Dnmt1. Esta enzima regula la forma en que el aprendizaje y los genes relacionados con la memoria se activan y desactivan durante el desarrollo, y las interrupciones en ese proceso pueden dañar la función del hipocampo. Por tanto, la conclusión de los investigadores es que ambos tratamientos farmacológicos, aunque aparentemente no están relacionados, normalizan los niveles enzimáticos.

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El estudio, publicado en la revista científica Molecular Psychiatry, podría servir para encontrar un tratamiento que sea eficaz en humanos para combatir las complicaciones asociadas al espectro alcohólico fetal, un trastorno que afecta a entre el 2% y el 11% de los niños nacidos en todo el mundo. Apuntan los expertos que, sin ánimo de dejar de incidir en la prevención, podría ser particularmente útil para las mujeres que bebieron mucho en su primer trimestre de gestación, antes de darse cuenta de que estaban embarazadas.

Actualizado: 4 de mayo de 2023

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