Identifican una proteína clave en el desarrollo del embarazo

Investigadores británicos han identificado una proteína que favorece la implantación del embrión en el útero y la formación de la placenta, y que podría ayudar en el tratamiento de complicaciones del embarazo.
Investigadores en el laboratorio
La proteína sincitina-1 ha resultado vital para la evolución de los seres humanos.

Una proteína involucrada en el desarrollo de la placenta, y que también puede contribuir a la correcta implantación de los embriones en el útero, ha sido identificada por un equipo de investigadores de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido, tras realizar una investigación, que se ha publicado en Human Reproduction.

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Estos científicos comprobaron que la proteína, denominada sincitina-1, y cuyo origen se encuentra en una infección viral que afectó a nuestros antepasados primates hace 25 millones de años, es secretada en la superficie de un embrión en desarrollo, incluso antes de que éste se implante en el útero, por lo que consideran probable que cumpla un importante papel en ayudar a los embriones a adherirse al útero, y en la formación de la placenta.

La proteína sincitina-1 es secretada en la superficie de un embrión en desarrollo antes de que se implante en el útero, por lo que es probable que ayude a los embriones a adherirse al útero, y facilite la formación de la placenta

El profesor Harry Moore, codirector del Centro de Biología de Células Madre de la Universidad de Sheffield y principal autor del trabajo, ha afirmado que su hallazgo es clave para desarrollar análisis de sangre que permitan identificar embarazos de riesgo, y complicaciones del embarazo como abortos espontáneos recurrentes, preeclampsia, o crecimiento intrauterino retardado, así como para desarrollar tratamientos adecuados para abordarlas.

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Este experto ha explicado que el gen sincitina-1 surgió a consecuencia de una infección, y que el ADN viral se introdujo en el genoma de nuestros ancestros y se transmitió de forma que se convirtió en esta proteína, que ha resultado vital para la evolución de los seres humanos. Y ha añadido que hasta ahora se desconocía que la sincitina-1 se expresaba de forma temprana en el embrión.

Además, han descubierto que las células trofoblásticas que secretan la proteína, no sólo se fusionan -formando una barrera fundamental para proteger al embrión-, sino que también secretan exosomas, que tienen la capacidad de comunicarse con las células de otras zonas de la mujer para preparar su organismo para el embarazo. Y si este proceso, señala el profesor Moore, no se desarrolla de forma adecuada en las primeras etapas de la gestación, puede provocar problemas durante el embarazo.

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Actualizado: 27 de mayo de 2020

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