Dormir mucho reduce la supervivencia del cáncer de mama

Las mujeres con cáncer de mama que duermen más de nueve horas diarias tienen una tasa más alta de mortalidad que aquellas que lo hacen menos de ocho horas, según un estudio realizado durante 30 años.
Mujer con cáncer de mama durmiendo
Dormir mal o más de nueve horas puede ser muy perjudicial para mujeres con cáncer de mama.

Las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama que duermen más de nueve horas al día tienen un 46% más de probabilidades de fallecer, que aquellas que lo hacen menos de ocho horas. Estos han sido los resultados publicados en la revista British Journal of Cancer como consecuencia de un largo estudio que se ha prolongado durante 30 años, y ha sido realizado por la Escuela de Salud Publica TH Chan de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).

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Gracias a la investigación se ha descubierto que el sueño puede ser un factor influyente en la supervivencia del cáncer de mama. No dormir bien también puede ser perjudicial, pues también se ha observado que las mujeres que no descansaban correctamente tuvieron un 34% más de probabilidades de fallecer por otras causas. En el caso de las mujeres con cáncer mamario también resultaron determinantes para su supervivencia los cambios en el sueño que se producen antes y después del diagnóstico, según Claudia Trudel-Fitzgerald, principal investigadora del trabajo.

Las mujeres con cáncer de mama que tenían problemas para conciliar el sueño presentaron un 34% más de riesgo de fallecer por otros motivos que las que dormían menos de ocho horas

En la investigación se analizaron los datos sobre el descanso nocturno de 3.682 mujeres, de 65 años de media, que padecían cáncer de mama con tumores en fase uno y dos; es decir, sin propagación a los ganglios linfáticos o a otras localizaciones del cuerpo. En 1.949 de ellas se examinó cómo era el sueño previo a su diagnóstico, y en 1.353 las dificultades para descansar durante la noche después de conocer la presencia de los tumores.

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Los investigadores descubrieron que las mujeres en las que se estudió el sueño antes de ser diagnosticadas, y que dormían mucho, presentaban un 35% más de riesgo de fallecer por cualquier causa y un 29% más como consecuencia del tumor. En cuanto al subgrupo en el que se analizó el descanso anterior, se encontraron con que aquellas que habitualmente tenían problemas para dormir tuvieron un 49% más de probabilidades de fallecer por cualquier motivo que las que conciliaban bien el sueño.

Esta investigación ha durado 30 años, después de los primeros 11 años en el grupo de estudio habían sobrevivido la mitad de las mujeres. Durante las tres décadas fallecieron 976, de ellas 412 lo hicieron como consecuencia directa del tumor. Los expertos reconocen que este trabajo tiene una gran limitación, y es que los datos obtenidos sobre el sueño dependían de la información que proporcionaron las mujeres participantes en el estudio, por lo que no se pudo controlar de manera rigurosa.

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Actualizado: 4 de mayo de 2023

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