El 66% de los cánceres se deben al azar, dificultando su prevención

Dos de cada tres cánceres se deben a fallos aleatorios en la replicación de las células sanas, o dicho de otro modo, al azar genético, lo que explicaría porque hay personas que a pesar de tener hábitos saludables no evitan desarrollarlo.
ADN
En la mayoría de los cánceres se puede mejorar su tratamiento con un diagnóstico precoz.

En 2015, el matemático Cristian Tomasetti y el genetista del cáncer Bert Vogelstein, ambos de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (Estados Unidos), buscaban dar una respuesta a por qué se produce el cáncer. Hasta ahora todos los dedos apuntaban a agentes ambientales y, en menor medida, a factores hereditarios. Pero estos científicos de Baltimore encontraron un motivo de peso en la ‘mala suerte’, es decir, en las mutaciones al azar que surgen durante la replicación del ADN en las células madre normales, no cancerosas, una causa que situaban muy por delante de los citados factores hereditarios o relacionados con el estilo de vida. O al menos eso pensaron, pese a que los medios y la propia Agencia Internacional de Investigación del Cáncer se mostraron en desacuerdo con ese planteamiento, publicado en la revista Science.

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Dos años después, aquellos mismos investigadores vuelven a incidir en aquella conclusión, y lo hacen presentando un macroestudio acerca de la relación entre el número de divisiones de células madre normales y el riesgo de padecer cáncer. Para ello, han utilizado más de 400 bases de datos con información de un total de 17 tipos de cáncer en 69 países en todo el mundo. ¿La conclusión? Hallaban de nuevo un alto porcentaje de cánceres que derivan de errores de replicación de ADN, indistintamente de cuál fuera el país, o cuestiones ambientales y genéticas; en concreto, dos tercios de los cánceres de la mitad de la población del mundo que ha padecido esta enfermedad.

Pese a que un elevado porcentaje de cánceres no pueden evitarse, ya que se deben a un error en la replicación de las células, los científicos insisten en no olvidar la importancia de la prevención

Según Tomasetti y Vogelstein, era necesario explicar la contribución que encontraban de cada una de las tres fuentes potenciales de mutaciones (hereditarios, ambientales, y errores aleatorios durante la replicación) a cualquier tipo de cáncer; así como tomar una muestra mucho más amplia, tanto en número, como en tipo y factores de riesgo, que la del primer estudio, que se limitaba a Estados Unidos, y solo a algunos tipos de tumores. Su nueva revisión abarca datos de 4.800 millones de personas.

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A pesar del azar, la prevención del cáncer es vital

Para los autores de esta investigación, la inclusión de los errores de replicación de ADN como el tercer contribuyente al cáncer, no pretende restar la importancia que tiene la prevención primaria, sino que con ello quieren que se pueda comprender mejor la enfermedad, desde la perspectiva de que no todos los cánceres se pueden prevenir evitando los factores de riesgo ambientales, o conociendo los posibles riesgos genéticos.

Eso sí, ambos expertos quieren dejar claro que la prevención primaria sigue siendo primordial para un elevadísimo porcentaje de tumores a través de una vida sana y de la evitación de agentes carcinógenos. E inciden en que si bien el 66% de los cánceres no son prevenibles, en su mayoría sí se puede mejorar su tratamiento con un diagnóstico precoz, por lo que instan a centrar los esfuerzos sanitarios en la prevención secundaria.

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Actualizado: 4 de mayo de 2023

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