Dos nuevas técnicas evitan la propagación del melanoma y la metástasis

Dos nuevas terapias –una de las cuales combinó dos fármacos quimioterápicos, y la otra empleó dos usados en inmunoterapia– han logrado evitar que el melanoma más agresivo se propague o provoque metástasis.
Persona en el médico por un melanoma
Ambas terapias han incrementado las posibilidades de supervivencia.

Dos nuevas técnicas que se han probado con pacientes a los que se había extirpado previamente un melanoma en fases III y IV, han conseguido evitar que este agresivo cáncer de piel recidive, se propague, o provoque una metástasis en órganos distantes. Los resultados de estas pruebas clínicas, como ha explicado Georgina Long, codirectora médica del Instituto del Melanoma Australia y responsable de ambos estudios, demuestran que ya disponemos de tratamientos capaces de prevenir el desarrollo y la extensión del melanoma.

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La primera prueba, denominada COMBI-AD, consistió en administrar a los pacientes una combinación de dos fármacos quimioterápicos –dabrafenib y trametinib– durante 12 meses, mientras que en la segunda, conocida como Checkmate 238, los pacientes fueron sometidos a inmunoterapia con nivolumab o ipilimumab (dos anticuerpos monoclonales) también durante 12 meses.

Con la primera terapia se logró duplicar el tiempo que los pacientes que presentaban un melanoma en fase III y una mutación en el gen BRAF permanecían libres de enfermedad. Tras dos años de seguimiento, se comprobó que el tratamiento había reducido el riesgo de recidiva o muerte un 53% en comparación con la administración de placebo, lo que supone el mejor resultado de un tratamiento del melanoma en fase III tras la cirugía.

Ambas terapias no solo han logrado evitar que el melanoma que había sido extirpado reapareciese, sino que además incrementaron las posibilidades de supervivencia de los pacientes

Los fármacos empleados en el segundo estudio funcionan inhibiendo un fallo en el sistema inmune que impide que las células que protegen al organismo contra este tipo de tumores puedan reconocerlos y destruirlos, y la terapia consiguió reactivar el sistema inmunitario para que atacase a las células del melanoma. Tras 18 meses de tratamiento, el grupo de pacientes tratado con nivolumab presentaba una tasa de supervivencia libre de recaídas del 66%, así como una menor incidencia de efectos adversos, mientras que en los que recibieron ipilimumab esta tasa fue del 52,7%.

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Convertir el melanoma letal en una enfermedad crónica

El Instituto del Melanoma Australia ha emitido un comunicado en el que informa de que ambas terapias no solo han logrado evitar que el melanoma en fase III que había sido extirpado reapareciese, sino que además incrementaron las posibilidades de supervivencia de los pacientes, aunque todavía es pronto para saber cómo les afectarán estos tratamientos a largo plazo.

Según ha declarado Long, el objetivo de esta investigación, que se ha publicado en New England Journal of Medicine, y cuyos resultados se han presentado en la conferencia de la Sociedad Europea de Oncología Médica (SEOM) celebrada recientemente en España, es que el melanoma con peor pronóstico pueda dejar de ser una enfermedad terminal, en la que los pacientes viven con el miedo de que en cualquier momento se reproduzca el cáncer o cause una metástasis mortal, y convertirse en una enfermedad crónica.

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Actualizado: 9 de abril de 2023

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