Qué hacer y qué no hacer en caso de abrasión corneal

En la gran mayoría de los casos la abrasión corneal se debe a lesiones leves que curan espontáneamente al cabo de dos días; el lagrimeo ayuda a arrastrar todas las partículas extrañas como arena, pestañas, insectos, etcétera. En cualquier caso, el tratamiento de una abrasión corneal en urgencias oftalmológicas suele incluir dilatación pupilar con ciclopléjico, antibióticos tópicos y oclusión compresiva de 24 horas (siempre que exista una situación de alto riesgo de infección como erosión con ramas, plantas o tierra).

Primeros auxilios en caso de abrasión corneal

Mientras tanto, los primeros auxilios en caso de abrasión corneal consisten en detectar la gravedad de la lesión y actuar en consecuencia y con cuidado para evitar dañar más el ojo, además de prevenir posibles complicaciones:

• Muy importante no frotarse los ojos si se sospecha de alguna lesión, ya que podría empeorar la abrasión o introducir bacterias que causen una infección.
• En caso de que haya un cuerpo extraño se deben dejar correr las lágrimas. Si se desea se puede utilizar suero fisiológico para ayudar a lavar desde el lado interno hacia el exterior mientras mantienes el ojo abierto, al tiempo que se intenta eliminar con un algodón o gasa estéril.
• Si el elemento dañino está enclavado en el ojo nunca se debe intentar quitar en casa, siempre será necesario acudir a un centro sanitario. En este caso es especialmente importante no frotarse los ojos. Si el afectado es un niño debe permanecer en constante vigilancia.
• Aplica lágrimas artificiales o un lavado ocular: esto puede ayudar a aliviar los síntomas y a limpiar el ojo. Las lágrimas artificiales están disponibles sin receta y pueden proporcionar alivio inmediato.
• Se puede utilizar un parche ocular durante 24 horas como barrera de protección mientras el ojo va sanando, para evitar que parpadee y empeore la abrasión.
• No utilizar lentes de contacto hasta que se haya curado completamente para evitar infecciones y complicaciones. 
• Existen pomadas oculares y gotas, que además de ser antibióticas para proteger contra infecciones favorecen la cicatrización.
• En caso de que el dolor sea muy fuerte se pueden tomar analgésicos de venta libre estilo paracetamol e ibuprofeno, siempre siguiendo las instrucciones.

Señales de alerta en caso de abrasión corneal

Si en algún momento hay dudas sobre la gravedad de la lesión hay que acudir a un centro médico para confirmar el diagnóstico. Igual sucede si se siguen sintiendo molestias al cabo de dos días, pues podría ser indicativo de alguna complicación. Si experimentas cualquiera de estos síntomas después de un trauma ocular o sin causa aparente, es crucial buscar atención médica inmediata:

• Dolor ocular intenso: el dolor que no mejora con el parpadeo o el cierre de los ojos puede indicar una lesión corneal.
• Sensibilidad a la luz: un aumento significativo en la sensibilidad a la luz puede ser un signo de una lesión más grave.
• Visión reducida o borrosa: cualquier cambio en la visión después de un incidente que afecte el ojo necesita evaluación profesional.
• Sensación persistente de tener un cuerpo extraño en el ojo: si sientes que algo está en tu ojo y no mejora con el lavado suave, puede haber una abrasión.
• Enrojecimiento o inflamación severos: estos pueden ser signos de una abrasión corneal o de una infección.

Prevención de la abrasión corneal

Como siempre, el mejor tratamiento es la prevención, y en este caso proteger nuestros ojos significa cuidar la vista. Hay que utilizar siempre gafas protectoras en trabajos donde exista riesgo de dañarlos, igual que al practicar deportes. Unos primeros auxilios a tiempo podrían salvar la vista. 

Estas son las medidas preventivas que pueden tomar para reducir significativamente el riesgo de sufrir abrasiones corneales:

• Usar protección para los ojos: en ambientes de trabajo riesgosos o al practicar deportes, especialmente aquellos que pueden implicar contacto físico por golpes o lanzamientos (como balones o pelotas), es crucial usar gafas de seguridad o protectores oculares.
• Manejo adecuado de lentes de contacto: sigue las instrucciones de uso y cuidado, incluido lavarte las manos antes de manipularlos, no dormir con ellas (a menos que estén diseñados para ello), y reemplazarlas según lo recomendado.
• Evitar frotarse los ojos: sobre todo si tienes las manos sucias o si sientes algo dentro del ojo. En su lugar, intenta lavar el ojo con agua limpia o una solución salina.
• Mantén una buena higiene ocular: esto incluye lavar tus manos regularmente y evitar el uso compartido de toallas y otros artículos personales que puedan estar en contacto con los ojos.
• Cuidado en entornos naturales y domésticos: usa unas gafas protectoras cuando realices actividades que puedan generar escombros o exponer tus ojos a productos químicos, como la jardinería o la limpieza doméstica.
• Hidratación y cuidado de la salud ocular: utiliza lágrimas artificiales si experimentas sequedad ocular y asegúrate de pasar exámenes visuales regulares para detectar y tratar a tiempo cualquier condición que pueda predisponerte a las abrasiones corneales.