Ergometría
La ergometría o prueba de esfuerzo sirve para conocer la respuesta del corazón al ejercicio. Detecta situaciones de isquemia del músculo cardíaco que solo aparecen con esfuerzos físicos y podrían causar un infarto.

Cómo se hace la ergometría

David Saceda

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 29 de julio de 2022

En primer lugar el médico valorará si puede ser útil realizar una ergometría según los síntomas que presentes, la auscultación cardiaca y las pruebas que te hayan realizado previamente. Si lo ve oportuno, te citará un día para realizarte la prueba y te explicará las medidas básicas que debes saber para someterte a esta. Recuerda no tomar cafeína 24 horas antes, y permanecer en ayunas y sin fumar cuatro horas antes de la prueba.

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Cuando llegues a la sala donde se realiza la prueba te pedirán que descubras la parte superior del cuerpo para colocarte los electrodos a estudiar. Los electrodos que se colocan son 10 alrededor del pecho, para así detectar cada parte del corazón. Todos los electrodos tienen un cable que termina en un detector que registra todas las señales eléctricas, muy similar al electrocardiograma. También te colocarán un manguito del tensiómetro para medirte la tensión arterial y un pulsioxímetro en algún dedo de la mano para medirte el nivel de oxígeno en sangre.

Una vez colocados todos los electrodos se te pedirá que comiences a caminar o a pedalear suavemente. Los primeros minutos no realizarás mucho esfuerzo físico, sólo interesará saber si el registro de los electrodos es correcto y conocer la morfología de tu registro eléctrico habitual. Cada tres minutos te pedirán que aumentes el esfuerzo muscular. Esto se puede conseguir caminando o pedaleando más rápido, aumentando la resistencia al movimiento o inclinando la cinta deslizante como si fuese una cuesta. De tal manera que cada tres minutos aumentarás considerablemente el esfuerzo físico, llegando a correr y a pedalear con intensidad.

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Durante toda la prueba el manguito del tensiómetro se hinchará y te comprimirá el brazo, no debes preocuparte. Es normal que sudes, incluso que sientas una ligera fatiga. Hay algunos síntomas que si aparecen debes avisar al médico para que lo sepa y valore si continuar con la prueba, son:

  • Dolor en el pecho.
  • Dolor en las piernas.
  • Falta de aire.
  • Mareos.
  • Oscurecimiento de la visión.
  • Temblor, frío o náuseas.

Si no sucede nada de eso, la prueba continuará hasta que no soportes más ejercicio físico por cansancio, se alcance tu frecuencia cardiaca máxima, haya cambios en la tensión arterial, o aparezcan alteraciones en el registro electrocardiográfico.

Cuando termines la prueba no debes parar de caminar durante unos 10 minutos. Así el ritmo cardíaco disminuirá poco a poco. Cada 15 minutos la enfermera te medirá tus constantes vitales y comprobará que todo está bien. Una vez se compruebe que todo está bien se retirarán los electrodos uno a uno. Después puede que tengas que esperar a que te den los resultados, aunque no vendrán analizados por el médico porque necesitará más tiempo.

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Complicaciones de la ergometría

La ergometría es una prueba no invasiva y no suele suponer ningún riesgo para las personas que la realizan, porque para eso el médico selecciona previamente a las personas aptas para someterse a la prueba. Algunas complicaciones que pueden suceder son los desmayos, el dolor de pecho intenso, y ataques de disnea. Es muy extraño que se llegue a producir un infarto completo o una arritmia maligna y, si sucede, la sala dispondrá de los medios necesarios para intervenir rápidamente.

Creado: 27 de marzo de 2014

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