Alrededor del 30% de los pacientes con mano reumática necesitan someterse a una intervención quirúrgica porque con los tratamientos farmacológicos disponibles actualmente no consiguen un buen control de la enfermedad.

En opinión del Dr. Fernando del Canto, médico adjunto del Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, con este tipo de cirugía se puede mejorar la situación clínica del paciente.

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La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica, que puede presentarse a cualquier edad, y causa la inflamación de las articulaciones y tejidos circundantes. Sin embargo, aún suele confundirse con otras patologías reumáticas y sigue siendo bastante desconocida para la mayoría de la población, a pesar de que tiene una incidencia del 0,5%. En España se estima que hay 200.000 afectados y que cada año se diagnostican 20.000 nuevos casos.

El 70% de los pacientes con artritis reumatoide presentan afectación de la mano desde el comienzo de la enfermedad, con síntomas como dolor, rigidez y tumefacción. Como explica el Dr. Del Canto, si el tratamiento médico no consigue controlar la inflamación, esta puede originar deformidades en las articulaciones de la mano, provocando distintos grados de incapacidad, y en algunos casos incluso pueden aparecer complicaciones como la rotura de tendones o la destrucción articular.

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La cirugía, según este especialista, puede servir como tratamiento adyuvante, aunque siempre asociado a un adecuado control de la enfermedad con fármacos. En algunos casos, además, las técnicas quirúrgicas contribuyen a aumentar el grado de capacidad funcional de un paciente, aunque la terapia farmacológica esté resultando eficaz para controlar su artritis. En los afectados que ya han sufrido determinadas complicaciones, como la rotura de un tendón, la cirugía con frecuencia es la única posibilidad para que recuperen cierto grado de función.

Cirugía preventiva y cirugía reconstructiva

Las novedades más destacadas en el campo de la cirugía de la mano, señala el Dr. Del Canto, son los avances que se han producido en el diseño de algunos implantes protésicos, y el desarrollo de las técnicas artroscópicas, que facilitan ciertas intervenciones que antes resultaban demasiado agresivas para el paciente.

La cirugía preventiva pretende evitar la aparición de posibles complicaciones, y sus objetivos fundamentales son aliviar el dolor, mejorar la función y corregir las deformidades

El especialista añade que la cirugía preventiva es la de elección porque pretende evitar la aparición de posibles complicaciones, y sus objetivos fundamentales son aliviar el dolor, mejorar la función y corregir las deformidades.

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Cuando el paciente ya ha sufrido alguna complicación y es necesario solucionarla, se recurre a cirugías paliativas, que son más complejas, tienen menores expectativas funcionales, y sus resultados no son tan buenos. Entre estas técnicas se encuentran las reparaciones tendinosas, la cirugía sobre la articulación radio-cubital distal, las artroplastias y las artrodesis.

En cualquier caso, y como recuerda este especialista, se trata de una enfermedad crónica, por lo que el paciente necesita un tratamiento médico continuado y bajo el control médico de su reumatólogo, y también del cirujano en el caso de haberse sometido a un implante protésico.

Fuente: Sociedad Española de Reumatología (SER)

Actualizado: 1 de agosto de 2017

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