Toxina botulínica contra las secuelas de cáncer de mama

La toxina botulínica demuestra su eficacia en un estudio como terapia para reducir las complicaciones derivadas de los tratamientos del cáncer de mama, como el dolor residual, o la disfunción del hombro y el brazo.
Toxina botulínica contra las secuelas de cáncer de mama
La toxina botulínica es una opción terapéutica indicada para pacientes con contractura del pectoral mayor tras la cirugía de cáncer de mama.

Una nueva técnica desarrollada por el Servicio de Rehabilitación del Hospital clínico San Carlos de Madrid, que se basa en emplear toxina botulínica en las pacientes que sufren complicaciones derivadas de los tratamientos del cáncer de mama, como el dolor residual o la disfunción del hombro y el brazo, ha mostrado excelentes resultados en un estudio preliminar en el que han participado 18 pacientes.

La toxina botulínica está indicada en pacientes con contractura del pectoral mayor tras la cirugía de cáncer de mama, ya que permite reducir el espasmo y mejorar el dolor y la movilidad articular del hombro

La técnica se realiza de forma ambulatoria en la consulta monográfica de linfedema del Servicio de Rehabilitación de dicho hospital, y en la mayoría de los casos sus beneficios se aprecian a los 10-15 días. Para realizar el estudio se están analizando variables demográficas (edad y sexo) y clínicas, como intensidad y tipo de dolor, rango de movilidad de la articulación y estado de ansiedad y depresión de las pacientes.

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Como ha explicado la Dra. Concepción Cuenca, responsable de esta consulta, la toxina botulínica ha demostrado ser una opción terapéutica indicada para pacientes con contractura del pectoral mayor tras la cirugía de cáncer de mama –con o sin reconstrucción mamaria–, para combatir el dolor asociado a la contractura muscular, ya que permite reducir el espasmo y mejorar el dolor y la movilidad articular del hombro.

De hecho, un trabajo realizado por seis especialistas de Rehabilitación del Clínico San Carlos sobre una paciente con cáncer de mama, que sufría numerosas complicaciones y secuelas, entre las que se encontraban la limitación de la movilidad del hombro y del brazo y un dolor intenso, y que tras la administración local de toxina botulínica dejó de sentir dolor y ya no necesitó tomar analgésicos, acaba de recibir el Primer Premio Vicente Macián de la asociación Sine Dolore.

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FuenteHospital Clínico San Carlos (Madrid)

Actualizado: 26 de junio de 2017

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