Aumenta la incidencia de las enfermedades tropicales

Las resistencias a los antibióticos, el aumento del turismo internacional, o la destrucción de ecosistemas han provocado un repunte de enfermedades tropicales emergentes como el dengue, la tuberculosis o la leishmaniasis.
Aumenta la incidencia de las enfermedades tropicales

Aunque los avances terapéuticos hicieron pensar a finales del pasado siglo que se habían conseguido erradicar numerosas enfermedades infecciosas y tropicales, diversos factores como las resistencias a los antibióticos, el incremento del turismo internacional, la destrucción de ecosistemas o el cambio climático, han provocado un repunte de enfermedades tropicales emergentes como el dengue, la tuberculosis, la leishmaniasis o la rabia.

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En el caso, por ejemplo, del dengue, uno de los factores que más ha facilitado la propagación del mosquito vector de esta enfermedad ha sido el comercio internacional de neumáticos usados, si bien también ha influido el aumento de la pobreza y marginalidad de muchas poblaciones, que ha provocado su migración en masa y el desarrollo de asentamientos improvisados que han supuesto un medio ideal para que estos mosquitos proliferasen.

Las resistencias a los antibióticos, el turismo internacional, la destrucción de ecosistemas, o el cambio climático, han originado un repunte de enfermedades tropicales como el dengue, la tuberculosis, o la leishmaniasis

El Dr. Antonio Montero, director científico del Centro de Medicina y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Facultad de DD. Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (Argentina), y autor del libro Medicina Tropical (Editorial Elsevier) explica que el cambio climático y la invasión y destrucción de ecosistemas silvestres por el ser humano han sido factores determinantes en la aparición de enfermedades como las fiebres hemorrágicas del Ébola o el virus Nipah.

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Este experto señala que en las últimas tres décadas este tipo de enfermedades continúan extendiendo su zona de incidencia y prevalencia, y que no se puede descartar la posibilidad de que en el futuro surjan nuevas patologías como consecuencia del contacto con ecosistemas hasta ahora aislados, o a causa de una alteración artificial del ambiente por la mano del hombre, como ocurre en el caso de la legionella.

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Actualizado: 9 de junio de 2018

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