Algunas investigaciones habían asociado una ingesta de calcio elevada con un menor riesgo de sufrir trastornos como diabetes tipo 2, hipertensión arterial y obesidad, que se consideran factores de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, un estudio realizado en Suiza por investigadores de la Universidad de Zúrich ha detectado que el riesgo coronario no disminuye en las personas que toman más de 1.100 miligramos al día de calcio y que, en el caso de aquellas que toman suplementos de calcio las probabilidades de tener un infarto de miocardio podrían ser de hasta un 86% más altas en comparación con los que nunca tomaron este tipo de suplementos.

El calcio sí parecía ejercer un efecto protector, reduciendo un 31% las posibilidades de sufrir un fallo cardiaco, cuando la ingesta era moderada y rondaba los 820 miligramos diarios

El estudio evaluó la dieta de un año de casi 24.000 personas que participaron en la Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición (EPIC), que se realizó entre los años 1994 y 1998 en Heidelberg. En un seguimiento posterior, que duró alrededor de 11 años, se produjeron 354 infartos, 260 accidentes cerebrovasculares, y 267 fallecimientos asociados a estos episodios.

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Los científicos observaron que el calcio sí parecía ejercer un efecto protector, reduciendo un 31% las posibilidades de sufrir un fallo cardiaco, cuando la ingesta era moderada y rondaba los 820 miligramos diarios. Por ello, recomiendan que los suplementos de calcio –que también se han relacionado con la aparición de piedras en el riñón–, se tomen con precaución, y explican que mientras el calcio presente de forma natural en los alimentos se asimila poco a poco durante todo el día, los suplementos pueden hacer que se eleve el nivel de calcio en la sangre por encima de lo normal, lo que podría resultar perjudicial a largo plazo.

Algunas personas toman estos suplementos con el fin de prevenir facturas, especialmente las de avanzada edad, las mujeres postmenopáusicas o aquellos que han sufrido fallo renal. Lo cierto es que, aunque estos estudios no son definitivos, lo más recomendable es ingerir calcio de manera natural a través de la dieta –no se ha comprobado ningún peligro en este aspecto– o, si se opta por los suplementos de calcio, que sea un médico el que valore la relación riesgo/beneficio de su ingesta.

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Actualizado: 1 de agosto de 2017

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