Oncocercosis
La oncocercosis o ceguera de los ríos es una enfermedad causada por un gusano tropical, que produce alteraciones en la piel o los ojos. Reducir o eliminar los focos de transmisión permitirá acabar con esta lacra.

Diagnóstico de la oncocercosis

Un oftalmólogo revisa el fondo de ojo a un paciente
Para el diagnóstico de la oncocercosis con afectación ocular es fundamental la exploración oftalmológica con lámpara de hendidura.
Dra. Sari Arponen

Por: Dra. Sari Arponen

Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota

Actualizado: 29 de julio de 2022

Para realizar el diagnóstico de oncocercosis inicialmente ésta debe ser sospechada en personas que hayan vivido por un tiempo prolongado o que procedan de áreas endémicas de Onchocerca, es decir, fundamentalmente de países tropicales del África subsahariana. En una analítica general se puede apreciar aumento del número de eosinófilos (un tipo de leucocitos que aumentan en enfermedades parasitarias y alérgicas) y de las gammaglobulinas (proteínas de defensa del sistema inmune).

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Para confirmar la sospecha diagnóstica se deben realizar pequeñas biopsias de la piel (snips) que se colocan en suero salino durante 24 horas, para después observar al microscopio las pequeñas larvas que se mueven. Para el diagnóstico de la enfermedad ocular es fundamental la exploración oftalmológica con lámpara de hendidura. Otras pruebas que se pueden realizar son el test de Mazzotti, que no se recomienda porque puede tener efectos secundarios graves (consiste en administrar una dosis de un medicamento que mata las larvas y observar los síntomas que se producen), aunque se podría aplicar el mismo fármaco en forma de parche cutáneo y observar la reacción.

Las pruebas serológicas de anticuerpos no son muy útiles porque su positividad se puede deber a presencia de otros parásitos de tipo filaria que también se encuentran con frecuencia en los países donde se encuentra Onchocerca. Por otro lado, la serología de Onchocerca puede ser positiva en personas que han vivido en zonas de endemia sin que presenten una infección activa. La determinación de antígenos (componentes del gusano), o el uso de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) podrían ser útiles, aunque no están disponibles de forma extensa. Por último, la ecografía de los nódulos puede permitir identificar los gusanos adultos.

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En cualquier caso el diagnóstico debe ser realizado por un profesional experto en patología tropical. La afectación cutánea puede confundirse con sarna, eczemas de diverso tipo, vitíligo, despigmentación, o atrofia cutánea, según la forma de presentación. Otras filariasis como la loiasis o la infección por Mansonella también se tienen que tener en cuenta en el diagnóstico diferencial. Las personas que están expuestas a este tipo de parásitos pueden tener afectación por varios tipos de parásitos de forma simultánea. 

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Creado: 27 de noviembre de 2015

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