El director del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS) y catedrático de Fisiología Médica y Biofísica de la Universidad de Sevilla, José López, que ha intervenido en la última jornada del Curso de Verano de la Universidad de Málaga (UMA) 'Descubriendo el cerebro', ha abordado las enfermedades de carácter neurodegenerativo, entre las que ha destacado el párkinson y el alzhéimer, y ha afirmado que aunque "es muy difícil que se consiga una cura para erradicar estas enfermedades", sí "se podrá mejorar la calidad de vida de los pacientes, así como su longevidad".

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En el caso de la enfermedad de Alzheimer, el experto ha indicado que la investigación "aún no ha conseguido abordajes terapéuticos tan eficientes y positivos como en el párkinson", aunque "se espera que en los próximos 15 años haya avances muy importantes".

El desconocimiento de las causas que originan estas enfermedades neurodegenerativas es "una de las razones por las que aún no tenemos terapias más eficaces", según ha declarado el director del IBIS, asegurando que desde este instituto de investigación se prioriza la búsqueda de estos motivos, que permitan realizar "mejores herramientas farmacológicas".

Trasplantar nuevas células que "compensen o hagan las funciones de las células ya destruidas por el párkinson", es una alternativa que "ya está siendo investigada”

A este respecto, López ha destacado las terapias celulares, que tienen como objetivo los trasplantes de nuevas células que "compensen o hagan las funciones de las células ya destruidas por la enfermedad", como futuras alternativas que "ya están siendo investigadas y probadas mediante ensayos clínicos a animales".

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El experto en Fisiología ha afirmado que grupos de investigación del IBIS han encontrado células madre situadas en el cuello y localizadas en el cuerpo carotídeo, que pueden ser destinadas para futuras terapias contra el párkinson. Sin embargo, la aplicación de estos métodos terapéuticos a pacientes es aún "muy difícil", tal y como ha subrayado López, ya que la evolución de estas terapias es "lenta y complicada" debido a las "numerosas etapas de pruebas y control a las que deben someterse".

Por otro lado, López considera el ejercicio físico y la alimentación saludable como "fundamentales" para retrasar la evolución de la enfermedad de Parkinson, y ha indicado que "aún no existe demostración inequívoca" que asegure la utilidad de los fármacos antioxidantes para ralentizar el progreso de esta enfermedad.

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Fuente: EUROPA PRESS

Actualizado: 1 de agosto de 2017

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