La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que se contagia por vía aérea y que, aunque afecta principalmente a los pulmones, también puede dañar otros órganos. Se caracteriza porque la infección, provocada por la bacteria M. tuberculosis, puede permanecer latente, es decir, que no todas las personas infectadas desarrollan la enfermedad.

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Expertos de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP) han alertado que se está produciendo un incremento de los casos de tuberculosis resistente a los fármacos entre la población infantil, y han atribuido este fenómeno a que los adultos que conviven con los niños pueden padecer una tuberculosis contagiosa sin saberlo, y transmitir la enfermedad a los más pequeños.

Estos especialistas inciden en la necesidad de un diagnóstico precoz y la instauración del tratamiento cuanto antes, controlando que dicho tratamiento se siga adecuadamente y resulte eficaz, para poder erradicar esta enfermedad, que es la que más muertes evitables ocasiona a nivel mundial.

Casi la mitad de las personas a las que se diagnostica tuberculosis en España (en 2009 se detectaron 7.662 casos, de los que el 7,7% fueron niños) proceden de países en vías de desarrollo, lo que según la doctora Neus Altelt, especialista de la SEN, se debe a que existen factores de riesgo como la pobreza y sus consecuencias: una alimentación deficiente, hacinamiento, falta de higiene, debilitamiento del sistema inmunitario… que favorecen la propagación y el desarrollo de la enfermedad.

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Se puede curar

Una vez diagnosticada, y con un tratamiento efectivo, la tuberculosis se puede curar; sin embargo, los especialistas advierten que la aparición de tuberculosis resistentes a fármacos, que se conocen como TB-MDR (TB-Multidrogorresistente) y TB-XDR (tuberculosis con resistencia ampliada), y que se pueden transmitir también de adultos a niños, representan una gran amenaza para la salud, porque cada año se declaran alrededor de medio millón de casos en todo el mundo y, en muchas ocasiones, no existen medicamentos eficaces para combatir la enfermedad, lo que puede provocar la muerte de los afectados.

Por este motivo, los expertos señalan la necesidad de continuar investigando para desarrollar nuevos métodos de diagnóstico precoz, y tratamientos alternativos que sustituyan a los fármacos que han dejado de ser efectivos y además permitan reducir la duración de la terapia.

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Fuente: Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP)

Actualizado: 25 de enero de 2017

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