Síndrome de Tourette
El síndrome de Tourette es una forma grave y crónica de tics múltiples que se repiten irregularmente y aumentan con las situaciones de estrés, pudiendo causar problemas de adaptación social. Conoce sus causas, síntomas y abordaje.

Tratamiento del síndrome de Tourette

Por: Natalia Bermejo Rubio

Médico de Familia

Actualizado: 28 de junio de 2022

Los tics propios del síndrome de Gilles de la Tourette en principio no requieren tratamiento; solo si son muy intensos, o tienen otras repercusiones como dolor o problemas de adaptación escolar o social. En estos casos se pueden emplear fármacos neurolépticos para disminuir la intensidad y frecuencia de los tics, aunque no los hacen desaparecer por completo.

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La terapia psicológica es útil para tratar los trastornos asociados al síndrome de Tourette, como la ansiedad y el estrés, los problemas de aprendizaje y de conducta, y las consecuencias del impacto de la enfermedad sobre las relaciones sociales y afectivas del paciente y de su familia.

Si el síndrome se acompaña de un trastorno obsesivo-compulsivo o déficit de atención e hiperactividad es necesario, además, tratar adecuadamente estas afecciones, que pueden deteriorar todavía más la calidad del vida del enfermo.

Como apunta el Dr. Diego Santos, de la SEN, ”actualmente no existe ningún tratamiento que permita curar este síndrome, pero si para abordar muchos de sus síntomas. Pero independientemente del tratamiento farmacológico para los síntomas, es importantísimo abordar los aspectos psicológicos de este síndrome, desarrollando estrategias que reduzcan la ansiedad y mejoren la tolerancia a la enfermedad a medio-largo plazo. Por sí misma, esta medida puede ser suficiente para algunos pacientes, o al menos durante algunos periodos de tiempo”.

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Fármacos para tratar los síntomas del Síndrome de Tourette

Como decíamos, actualmente no es posible curar el síndrome de Tourette, por lo que el objetivo de instaurar un tratamiento farmacológico es controlar los tics que dificultan las tareas cotidianas con algunos medicamentos que pueden resultar útiles, como:

  • Fármacos que bloquean o reducen los niveles de dopamina, como flufenazina, haloperidol, risperidona y pimozida; todos ellos son antipsicóticos y pueden causar efectos adversos, como un aumento de peso, entre otros.
  • Medicamentos para tratar el TDAH, que pueden contribuir a potenciar la capacidad de atención y concentración, aunque en algunos pacientes con este síndrome pueden llegar a intensificar los tics.
  • Antidepresivos, como la fluoxetina, pueden ayudar a controlar la ansiedad o la tristeza.
  • Anticonvulsivos. En algunos pacientes es efectivo el topiramato, que se emplea para tratar la epilepsia.

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Terapias no farmacológicas para el síndrome de Tourette

Las terapias psicológicas también pueden ser de gran ayuda para aliviar los síntomas de estos pacientes, como:
  • Terapia cognitivo conductual: puede facilitar el control de los tics, entrenando al paciente para que identifique los impulsos que preceden a los tics y aprenda a realizar movimientos voluntarios que sean incompatibles con el tic.
  • Psicoterapia: que apoye al afectado a la hora de afrontar su trastorno y los problemas asociados al mismo, como obsesiones, ansiedad, depresión o hiperactividad.
  • Estimulación cerebral profunda: podría ser útil en individuos con tics graves que no respondan a otro tratamiento e interfieren de forma importante en su actividad diaria. Consiste en implantar en el cerebro un dispositivo médico que proporciona una estimulación eléctrica en áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento. Esta terapia, sin embargo, todavía se está investigando, por lo que aún no se ha determinado si constituye un tratamiento seguro y eficaz para tratar el síndrome de Tourette.

Creado: 14 de enero de 2011

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