La OMS alerta que el 5% de los mayores son maltratados

Según datos de la OMS, hasta el 5% de los mayores que habitan en países ricos podría haber sufrido alguna vez algún tipo de maltrato (físico, emocional, económico…).
Una mujer gritando a un hombre mayor
Que el anciano padezca demencia o algún trastorno mental aumenta el riesgo de que sea maltratado.

El maltrato a las personas mayores es un grave problema de salud pública porque, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor del 5% de los mayores que residen en países con alto poder adquisitivo sufren algún tipo de maltrato, entendido este como acciones u omisiones que se producen en el contexto de una relación de confianza entre el anciano y su cuidador o cuidadores, y que provoca un daño o una situación de ansiedad o angustia a la persona mayor.

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Este trato inadecuado incluye abusos físicos, emocionales, sexuales, económicos y psicológicos, además de abandono, y supone la pérdida de dignidad y respeto para los afectados, por lo que la OMS lo considera una auténtica violación de los derechos humanos.

No hay mucha información sobre el verdadero alcance del maltrato a las personas de edad avanzada, y menos aún cuando se trata de países en vías de desarrollo. Además, en muchos casos, cuando la violencia se ejerce dentro del hogar, las víctimas no denuncian el problema porque tienen miedo.

En cuanto al maltrato que se produce en instituciones como residencias de ancianos, hospitales, y otros centros de cuidados tampoco se dispone de muchos datos. Sin embargo, en Estados Unidos se realizó una encuesta al personal de enfermería a domicilio en la que el 36% de los encuestados admitieron haber presenciado, al menos, un caso de abuso físico en un paciente de avanzada edad durante 2010. Además, uno de cada diez se sintió comprometido en algún momento a causa de un abuso físico a un paciente mayor, y el 40% afirmó que se maltrataba psicológicamente a estos pacientes.

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Los abusos contra las personas mayores pueden incluir lesiones físicas, tanto leves como graves, que en algunos casos pueden provocar la incapacidad permanente de los afectados, y daños psicológicos como ansiedad y depresión.

Está previsto que se incremente el número de ancianos que sufren maltrato en todo el mundo, debido al progresivo envejecimiento de la población y a la falta de recursos para satisfacer sus necesidades específicas

Lo más preocupante es que está previsto que se incremente el número de ancianos que sufren maltrato en todo el mundo debido al progresivo envejecimiento de la población y a la falta de recursos para satisfacer sus necesidades específicas. En 2025, se estima que las personas mayores de 60 años se habrán duplicado con creces con respecto al año 1995, pasando de los 542 millones a cerca de 1.200 millones.

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Riesgo de abusos a ancianos

Hay una serie de factores de riesgo que incrementan las posibilidades de que una persona de avanzada edad sea maltratada. Que el anciano padezca demencia o algún otro trastorno mental, o que el agresor consuma drogas o alcohol en exceso, se consideran factores de riesgo a nivel personal. También influye que exista una relación familiar entre ambos, víctima y agresor, y el sexo de la víctima, por ejemplo, ser mujer en ciertas culturas donde esto solo por sí mismo ya constituye un motivo de discriminación.

Una relación familiar de convivencia supone un aumento del riesgo de maltrato, y se estima que el riesgo de abuso también es mayor cuando el maltratador depende económicamente de la persona mayor con la que vive. En el ámbito familiar, se ha producido otro fenómeno que influye negativamente, y es la incorporación de la mujer al mundo laboral, que deja a esta menos tiempo para atender a los mayores, convirtiendo su cuidado en una carga adicional que incrementa el riesgo de abuso.

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Otro problema es el aislamiento social al que se ven abocados numerosos ancianos, debido a que sufren patologías físicas o mentales que les impiden relacionarse con otras personas, además de haber perdido a familiares y amigos.

Ciertos aspectos socioculturales, como la imagen que se da de los mayores como seres dependientes y débiles, la falta de contacto entre las distintas generaciones de la familia, los intereses económicos ligados a la herencia, o la falta de medios económicos para sufragar el cuidado del anciano, aumentan también el riesgo de que los mayores sean maltratados.

En el ámbito institucional, es más fácil que se produzcan abusos si no se establecen las medidas apropiadas para el cuidado de la salud de los mayores, o si los profesionales encargados de su cuidado no están bien capacitados o no reciben un salario acorde con la cantidad de trabajo, o no disponen de tiempo suficiente para desempeñar su labor.

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Medidas de prevención de malos tratos a mayores

Se han puesto en marcha diversas estrategias con el fin de evitar los malos tratos a las personas mayores. En las naciones con mayores ingresos se han lanzado campañas para sensibilizar sobre este tema a la opinión pública y a los profesionales, detectar las situaciones de abuso e identificar a los agresores y a sus víctimas, se han llevado a cabo acciones para apoyar a los cuidadores, la policía y los asistentes sociales han visitado el hogar del anciano, y se ha establecido la obligatoriedad de notificar los malos tratos a las autoridades, entre otras iniciativas.

Sin embargo, no se dispone de datos que demuestren la efectividad de estas y otras intervenciones. De acuerdo con la OMS, para conseguir que se reduzca el maltrato a los mayores es preciso que se impliquen múltiples sectores, como el que se encarga del bienestar social (ofreciendo apoyo financiero, jurídico, y vivienda), el de la educación (difundiendo campañas para sensibilizar a la sociedad), y el de la Sanidad (para que el personal de atención primaria esté capacitado para detectar y tratar a las víctimas de los abusos).

Actualizado: 20 de junio de 2018

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