Monitorizar el hogar de los mayores para evitar riesgos

Una nueva tecnología permite monitorizar el hogar de las personas mayores para detectar precozmente desde accidentes caseros a problemas de salud de los usuarios, y avisar a emergencias y a los familiares de lo ocurrido.
Monitorizar el hogar de los mayores para evitar riesgos
El sistema recopila información sobre movimiento, temperatura, humedad y luminosidad, pero no dispone de cámaras ni micrófonos para no interferir en la privacidad de las personas mayores.

Unos investigadores españoles han desarrollado una tecnología que permite monitorizar el hogar de las personas mayores,a través de sensores instalados en las diferentes dependencias de la casa –salón, cocina, dormitorio y baño– para detectar precozmente desde accidentes caseros a ciertas patologías como insuficiencia renal, diabetes, o enfermedades cardiacas e, incluso, identificar principios de alzhéimer y otras demencias o párkinson, mediante el reconocimiento de algunos comportamientos del paciente.

Los sensores instalados en el hogar recopilan información y la interpretan con algoritmos capaces de detectar situaciones de riesgo, desde un incendio hasta un desmayo del anciano

Las aplicaciones que incorporan una tecla de emergencia en los teléfonos móviles para mayores, y los dispositivos que los ancianos pueden llevar colgados del cuello para avisar también oprimiendo un botón de que han sufrido un problema, han contribuido a mejorar la calidad de vida de los ancianos y los discapacitados.

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Sin embargo, la nueva tecnología, ideada por los fundadores de la startup Sensovida, que ha ganado la última edición de los Premios Emprendedor XXI de La Caixa en Aragón, y empezará a comercializarse tras el verano, funciona de forma independiente, por lo que también está operativa en el caso de que el usuario sufra un desmayo o no tenga el dispositivo a mano en el momento en que lo necesite.

Los sensores instalados en el hogar del mayor recopilan información ininterrumpidamente sobre movimiento, temperatura, humedad y luminosidad, y envían los datos a un colector para que sean interpretados mediante algoritmos capaces de detectar diversas situaciones de riesgo, desde un incendio hasta un desvanecimiento del anciano, pero sin cámaras ni micrófonos para no atentar contra la privacidad del usuario.

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Una gran ventaja de esta tecnología es que aprende a reconocer las costumbres de la persona, como el tiempo que pasa durmiendo o a qué hora come o se baña, y de esta forma determinar si se ha producido un incidente cuando detecta una alteración significativa, por ejemplo, que el anciano siga en el dormitorio mucho tiempo después de la hora a la que se levanta habitualmente. En caso de necesidad el sistema avisa a su centro de control que, tras hacer una llamada para comprobar si efectivamente se trata de una emergencia, se pone en contacto con el servicio correspondiente y con los familiares del afectado.

 

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Actualizado: 31 de julio de 2017

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