La anorexia nerviosa es una grave alteración de la conducta alimentaria. Detectar y tratar precozmente este trastorno mejora mucho su pronóstico, y una buena educación dietética desde la infancia ayuda a prevenir su aparición.
Existen determinados signos y síntomas que hacen sospechar que una persona puede estar padeciendo anorexia nerviosa, no obstante, el diagnóstico, tratamiento y seguimiento siempre deben ser realizados por un profesional sanitario especialista. Estos signos son:
Signos de la anorexia
Pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo.
En el ámbito clínico los principales síntomas de anorexia nerviosa son:
Sequedad de la piel, con posibilidad de presencia de grietas.
Aparición de vello fino (lanugo) en mejillas, espalda, muslos y antebrazos.
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Pigmentación amarillenta en la piel, principalmente en las plantas de los pies y las palmas de las manos. Esto se debe a un aumento de carotenos en sangre (precursores de la vitamina A) por un trastorno en su metabolismo.
Hipertrofia de las glándulas salivares, como las glándulas parótidas y las glándulas submandibulares.
Alteraciones dentales, con tendencia a la corrosión del esmalte dental y presencia de caries. Esto es especialmente patente en pacientes que se purgan a través de la autoinducción del vómito.
Alteraciones gastrointestinales: flatulencia, hinchazón, dolor abdominal y estreñimiento (excepto si se emplean laxantes que pueden ocasionar diarreas que alteran el equilibrio electrolítico).
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Alteraciones cardiovasculares: tensión baja (hipotensión), descenso de la frecuencia cardiaca (bradicardia), alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias), etcétera.
Alteraciones del riñón: indicativos de un mal funcionamiento. Pueden encontrarse niveles de potasio bajos (hipopotasemia), niveles elevados de compuestos derivados del nitrógeno (azotemia), y elevación de los niveles de creatinina sérica.
Hemograma: niveles bajos de glóbulos rojos (anemia) y glóbulos blancos (leucopenia).
Niveles bioquímicos: niveles bajos de glucosa (hipoglucemia), aumento de triglicéridos, transaminasas y del proteinograma general, así como del colesterol (hipercolesterolemia). Si el paciente, además, suele emplear purgantes, enemas, o se autoinduce el vómito, existen otros parámetros específicos alterados.