Antes de comprar una trona para tu hijo, conviene que conozcas los requisitos que debe reunir. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado un informe que aconseja sobre las características que debe tener una buena trona para niños:
- Seguridad. La trona debe contar con un arnés o con un cinturón para que el bebé no se caiga. También debe disponer de bloqueos de seguridad en la bandeja, en la altura del asiento y en las ruedas. Su diseño debe tener cantos redondeados, nunca aristas o vértices, para que los niños no se hagan daño. No debe tener partes empotradas donde el niño pueda pillarse una mano.
- Materiales. Las tronas se fabrican en metal, plástico o madera. Cada uno de estos materiales ofrece una serie de ventajas: las de metal son muy resistentes, y si son de aluminio también son muy ligeras; las de plástico, son sólidas, higiénicas y ligeras; y las de madera están consideradas las más sólidas, pero también las más pesadas.
- Ligereza. Aumenta la comodidad para transportarla de un sitio a otro fácilmente. Fíjate en que tenga ruedas para facilitar esta labor; dos como máximo.
- Bandeja extraíble. Resulta muy higiénica, al ser fácil de limpiar, y cómoda cuando queremos que el niño que se siente a la mesa con el resto de la familia
- Adaptable al crecimiento del bebé. Sirve para rentabilizar la inversión. Se puede usar durante más tiempo, primero como trona y después como asiento.
- Respaldo reclinable. Permite al niño dormirse después de comer. Recomendada también para niños que tardan mucho en comer y pasan más tiempo en la trona.
- Asiento. Debe ser acogedor, amplio y cómodo, para que el niño se sienta a gusto el mayor tiempo posible durante sus comidas. Los asientos acolchados son los más cómodos, y los de plástico más fáciles de limpiar que los de tela.
- Plegable. El sistema de plegado debe ser práctico y sencillo. Escoge aquellos que soporten bien la verticalidad para que no vuelque fácilmente.