Adoptar en el extranjero: el certificado de idoneidad

El siguiente paso para poder adoptar un niño en el extranjero consiste en someterse a un proceso de valoración para obtener el certificado de idoneidad. Psicólogos y trabajadores sociales os entrevistarán y visitarán para decidir si estáis capacitados y preparados de verdad para haceros cargo de un menor de otro país, con todo lo que esto conlleva. Y es que ese niño necesitará toneladas de amor, pero también una enorme dedicación, atención y comprensión a corto y largo plazo; un compromiso para el que no todo el mundo está preparado. 

Entre los aspectos que se tienen en cuenta en este paso se encuentran las características de la familia de acogida, en cuanto a la madurez y estabilidad de los futuros padres, la situación económica y laboral, el estilo de vida familiar que tendrá el pequeño, así como las características de la casa y de su entorno, todo ello con el fin de que el niño o niña acogido tenga una adaptación lo más fácil posible.

Después de un tiempo de espera, que no puede por ley superar el año, sabréis si sois o no idóneos. El certificado sirve durante tres años, así que os tocará renovarlo si el proceso se alarga más. Una vez que ya lo tenéis, se tramita vuestro expediente, al que hay que adjuntar toda la documentación que os exija el país de origen del pequeño (traducida, autenticada y apostillada si fuera necesario). 

Existen varios cauces para dar este paso; bien lo hacéis por vuestra cuenta –aunque es conveniente estar asesorado por un abogado–; bien solicitáis la ayuda de la administración pública competente en estos casos, o bien recurrís a una Entidad Colaboradora de Adopción Internacional, las famosas ECAI, que son entidades privadas legalmente establecidas y cuya intermediación es requerida obligatoriamente por algunos países como India, Bolivia, Rusia y Vietnam.