Anemia infantil
Si notas a tu hijo pálido, apático o más cansado de lo habitual mantén la alerta ante un posible caso de anemia infantil, un problema más común de lo que creemos. Te contamos cómo contrarrestarla.

Qué es la anemia infantil, tipos, síntomas y diagnóstico

Una niña pálida se toca la frente
La palidez, el cansancio, la apatía y la somnolencia son los síntomas más evidentes de anemia infantil.
Leire Moneo

Por: Leire Moneo

Periodista experta en alimentación

Actualizado: 26 de junio de 2024

Aunque pasa desapercibida en muchos casos por falta de información y comprobación clínica, la anemia infantil afecta al 40% de los niños en edad preescolar, según datos de la Organización Mundial de la Salud, lo que se traduce en 269 millones de niños y niñas de 6 a 59 meses en todo el mundo. La palidez, el cansancio, la apatía y la somnolencia son los síntomas más evidentes que elevan la voz de alarma de este problema que suele solucionarse con suplementos alimenticios y una dieta rica en hierro. Sin embargo, en los casos más severos la anemia puede causar deficiencias en el desarrollo cognitivo y motor de los pequeños, y puede esconder tras de sí otras patologías más graves.

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¿Qué es la anemia infantil y cuáles son sus causas?

Los glóbulos rojos son los encargados de transportar el oxígeno en sangre a los diferentes tejidos de nuestro cuerpo, gracias, entre otras sustancias, a la hemoglobina, una proteína rica en hierro. De hecho, para fabricar suficiente hemoglobina nuestro organismo necesita tener sus depósitos de hierro bien repletos, de ahí que sea un mineral clave en la salud. Sin embargo, su ausencia es un problema muy común en los primeros años de vida de los niños. Es lo que se conoce como anemia infantil, una afección definida “como la disminución en el número de hematíes o hemoglobina respecto a los valores normales para la edad y el sexo”.

La edad más susceptible para padecer anemia por disminución de hierro es la comprendida entre los 6 y los 24 meses de vida

Sin duda la anemia es la afectación hematológica más frecuente en la edad pediátrica. En concreto, “la edad más susceptible para padecer anemia por disminución de hierro es la comprendida entre los 6 y los 24 meses de vida, ya que es ahí cuando las reservas de hierro pueden reducirse en caso de no absorber la cantidad necesaria de mineral para suplir las altas demandas”, explica José Hernández Flores, pediatra, especializado en hematología, actualmente en el Hospital Juaneda Miramar. 

Anemia infantil, cómo descubrirla y actuar a tiempo

Tipos de anemia infantil

Según detalla el especialista en Hematología, las anemias pueden dividirse en diferentes tipos para su estudio, según el origen de su existencia:

  • Por un aumento de la pérdida de hierro, habitualmente a través de hemorragias internas del aparato digestivo o de los intestinos.
  • Hemolíticas, provocadas cuando el cuerpo autodestruye los propios glóbulos rojos al considerarlos una sustancia extraña.
  • Por déficit de producción, ya sea por un problema en la médula ósea (encargada de crear los glóbulos rojos) o por deficiencias nutricionales que no permiten absorber la cantidad necesaria de hierro para crear hemoglobina.

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“La anemia puede presentarse, según su etiología, por cualquiera de estas patologías mencionadas anteriormente”, confirma Hernández Flores, quien añade que, además, “un lactante menor de seis meses también puede presentar anemia por deficiencia de hierro si sus reservas de este mineral al nacer son bajas, como en el caso de prematuros o por la existencia de hemorragias internas, entre otras causas”.

Síntomas de la anemia infantil

El hecho de que la anemia infantil sea uno de los problemas pediátricos más habituales durante los primeros años de vida de los niños no hace que su detección sea sencilla. De hecho, según los especialistas, en muchos casos esta patología está infradiagnosticada, ya que puede aparecer en periodos concretos que acaban desapareciendo por sí mismos. Sin embargo, cuando es más severa, los síntomas de la anemia infantil se hacen bastante evidentes, lo que permite tanto a los padres como a los pediatras percibir el problema.

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En estos casos, lo más importante es detectar la anemia a tiempo, ya que en fases iniciales puede curarse de forma relativamente sencilla. Por eso, hay que tener en cuenta los siguientes signos y síntomas y observar con atención al niño, ya que su aspecto y forma de actuar son el reflejo de su salud interior:

  • Palidez en la piel. El color del rostro, las uñas y las encías se vuelve más pálido y de color blanquecino.
  • Sensación constante de cansancio y debilidad. Es habitual que los pequeños pidan, por ejemplo, ayuda para subir las escaleras, que no quieran andar distancias largas o que prefieran jugar sentados en vez de corriendo detrás de un balón.
  • Inapetencia. La pérdida de apetito es uno de los síntomas más comunes y llega a convertirse en un círculo vicioso, ya que si no se detecta a tiempo, la desgana hace que la alimentación sea deficitaria y, por tanto, que los depósitos de hierro del organismo lleguen a vaciarse.
  • Somnolencia y apatía. Las horas de sueño se alargan y las ganas de estar tumbados se acrecientan. La pereza se hace dueña de los niños con anemia.
  • Sangrado en las heces. Es uno de los síntomas más clarificadores de la anemia infantil, ya que pone sobre la mesa una de las causas habituales, como las hemorragias intestinales.
Síntomas de la anemia infantil

El síntoma cardinal de los niños con anemia es la palidez. Sin embargo, como explica el especialista en Hematología Pediátrica Hernández Flores, “puede haber otros factores que nos sirvan de alerta, dependiendo de la causa y el grado de anemia, como pueden ser la existencia de soplos, ictericia, esplenomegalia o retardo en el crecimiento, entre otros”.

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Diagnóstico de la anemia infantil y posibles consecuencias

Si tenemos dudas sobre la posibilidad de que nuestro hijo tenga algún síntoma de anemia infantil de forma reiterada, los especialistas aconsejan explicárselo al pediatra, ya que con un simple análisis de sangre en el que se detallen los valores de hierro y ferritina (acumulo de hierro en sangre, lo que habitualmente se conoce como los depósitos de hierro) es posible detectar el problema a tiempo.

“El estudio de la anemia siempre debe ser dirigido por un especialista, pero un simple hemograma más una historia clínica detallada puede ser suficiente para el diagnóstico de la anemia infantil y su posterior tratamiento. El perfil de hierro también ayuda a esclarecer el diagnóstico, aunque no suele ser indispensable, por lo que los niveles de ferritina no son más importante que una buena recopilación de datos clínicos y una buena exploración física”, matiza el especialista Hernández Flores.

Diagnóstico de la anemia infantil

Consecuencias de la anemia infantil a largo plazo

La anemia infantil suele ser el reflejo de otras patologías que, en el peor de los casos, puede enmascarar enfermedades más graves. “Es el caso de las talasemias, leucemias, el cáncer o las anemias aplásicas, por nombrar algunas”, detalla Hernández Flores, quien asegura que, por suerte, estos son los casos menos frecuentes.

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Sin embargo, sin llegar a esos extremos, en el caso de las anemias por deficiencia de hierro, que son las más habituales, “sí se ha encontrado una relación con la disminución en la capacidad intelectual de los niños, problemas en la capacidad de aprendizaje, alteraciones en el sueño, alteraciones en el comportamiento y fatiga crónica, por nombrar algunos”, asegura el especialista, de ahí que poner un tratamiento correcto y temprano sea clave para evitar secuelas mayores.

Creado: 10 de septiembre de 2015

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