El lentisco, una mata aromática característica del paisaje típicamente mediterráneo, destaca como un buen recurso tradicional de herbolario para tratar los problemas bucales o hacer frente a la diarrea. Conoce sus virtudes.
Las hojas y savia del lentisco destacan por sus virtudes astringentes, antihemorrágicas, antidiarreicas, odontálgicas, antiinflamatorias, ligeramente analgésicas, antibacterianas, antimicrobianas, expectorantes, digestivas y aperitivas.
Los beneficios que aporta el lentisco a nuestra salud quedan resumidos a continuación:
Aliado de la salud bucal: el uso medicinal más extendido del lentisco es como astringente y antiinflamatorio para tratar la inflamación y el sangrado de encías. También para curar llagas bucales y la lengua inflamada o glositis. Se suele aplicar en forma de enjuague o gargarismos. Se pueden consultar referencias por internet de diferentes ensayos clínicos en la web de la National Library of Medicine, a cargo de equipos griegos y turcos, entre otros, que dan cuenta del valor terapéutico del mástic o resina de lentisco para usos odontálgicos.
Supone un remedio tradicional para aliviar el dolor de muelas.
Colutorios de lentisco o bien la almáciga fresca masticada tal cual se recomiendan por igual para combatir el mal aliento y para refrescar la boca y eliminar el mal sabor.
Las hojas en decocción condensada o bien en forma de jarabe, se había tomado para combatir catarros con tos seca y para aliviar la inflamación de las vías altas respiratorias.
La infusión de hojas de lentisco se había dado en muchos puntos de Catalunya y Aragón como remedio casero (agua de lentisco) para estimular el apetito, en especial en personas convalecientes o debilitadas o bien en niños y adolescentes.
Se comporta como un tónico digestivo, utilizado también de forma tradicional para aliviar los dolores de estómago y la pesadez estomacal.
Extractos de la almáciga se han usado para tratar la acidez de estómago y el reflujo esofágico, muchas veces asociado a regaliz y manzanilla.
Por su alto poder astringente, se destina igualmente a tratar cólicos y diarreas, en tal caso asociada a otras hierbas antidiarreicas como la salicaria.
Antiguamente se había llegado a utilizar para tratar mordeduras de serpiente o la picadura de escorpión y de otros artrópodos venenosos, e incluso para frenar el sangrado y para desinfectar la herida tras una mordedura de un perro.
Por su alto poder astringente, la decocción de lentisco se ha empleado para curar heridas con o sin sangrado, pero también sobre cortes, llagas y úlceras de la piel y para aliviar el dolor de picaduras de insectos, como tábanos, avispas y abejas.
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Precauciones con el uso de lentisco
El lentisco es, en líneas generales, una planta segura, pero por la presencia de principios activos astringentes, cabe ser cautelosos en las dosis.