Menta: frescor y salud
Conocida principalmente por ser un ingrediente en la cocina y en la composición de productos para la higiene bucal, la menta, además de darnos frescor, es una planta con múltiples beneficios para nuestra salud.

Beneficios y propiedades de la menta

Frasco de hojas de menta
Además de darnos frescor, la menta es una planta que nos aporta beneficios para el aparato respiratorio y el digestivo.
Inma D. Alonso

Por: Inma D. Alonso

Periodista experta en salud y bienestar

Actualizado: 23 de septiembre de 2022

Aunque todos conocemos la menta principalmente por ser uso en la cocina como ingrediente en diversos platos, y por forma parte de la composición de algunos productos para la higiene bucal, esta planta no nos aporta solo su frescor, además ofrece múltiples beneficios para nuestra salud.

La rica composición de la menta hace de ella una planta con importantes propiedades saludables para nuestro organismo, sobre todo para el aparato respiratorio y el digestivo. De hecho, tan sólo su aroma posee la cualidad de refrescar las vías respiratorias y, al mismo tiempo, de estimular el apetito.

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Respecto al aparato respiratorio, en los procesos gripales y otras enfermedades asociadas a las vías respiratorias es bueno tomar menta debido a que:

  • El ácido ascórbico facilita en gran medida la expulsión de la mucosidad.
  • El mentol presente en su composición es un potente descongestionante para las vías respiratorias, al mismo tiempo que regula la temperatura corporal –si el enfermo presentara fiebre– debido a su capacidad para incrementar la sudoración.
  • En casos de asma o de otras enfermedades que llevan asociadas episodios de tos, el tinol –compuesto orgánico presente en la menta– funciona como un eficaz antitusivo natural.

Por lo que al aparato digestivo respecta, la menta reduce la irritación intestinal –propia de enfermedades como la diarrea, colitis o la enfermedad de Crohn– y los gases, al mismo tiempo que favorece el proceso digestivo al mejorar, entre otros, el funcionamiento del hígado. También reduce y evita los vómitos y los cólicos abdominales.

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Además de todas estas propiedades, la menta también tiene otro tipo de aplicaciones. Por ejemplo, masticar menta ayuda a reducir los efectos asociados al ‘mal de altura’ –dificultad que presenta el organismo para adaptarse a la falta de oxígeno asociada a la altitud–, ya que mejora y facilita la circulación sanguínea.

Debido a su fuerte olor y sabor, se emplea en casos de halitosis, sequedad bucal y para reducir la incidencia de caries y gingivitis, al igual que otras plantas como el eucalipto, la manzanilla y la equinácea.

Uso tópico de la menta

La menta también puede utilizarse de forma tópica. Por ejemplo, diluyendo aceite esencial en agua, y aplicando sobre la zona en cuestión una compresa empapada de esta solución (a modo de cataplasma); así podemos reducir, entre otros, los dolores de cabeza, de espalda, cervicales o musculares y tratar afecciones dérmicas como heridas, eccemas, picaduras de insectos, infecciones vaginales o hemorroides.

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Creado: 8 de enero de 2013

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