Qué es el trasplante capilar
Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Champús, pastillas, productos milagro… las armas para combatir la calvicie son numerosas pero, por lo general, poco o nada efectivas. Solo una opción puede decirse que consigue resultados óptimos: el trasplante capilar. Se trata de una técnica quirúrgica que permite movilizar cabellos sanos de una zona donante a otra zona que presente alopecia. Para realizarla se utiliza anestesia local y se eligen áreas donantes donde la alopecia no tenga efecto, como sucede en la nuca de los varones. De esta área se extraen unidades foliculares, es decir, folículos pilosos que pueden contener uno o más pelos. No hay un límite definido de número de unidades foliculares a extraer, tan solo se debe evitar dejar cicatriz. Después se injerta cada unidad folicular en otra zona que haya perdido cabello, siempre procurando mantener una cierta densidad capilar natural.
Posteriormente, el paciente deberá lleva una serie de cuidados durante un tiempo, desde el empleo de medicación y champús cicatrizantes a no tomar alcohol, cafeína, tabaco o realizar ejercicio durante unas semanas o adoptar una posición determinada para dormir. Entre seis meses y un año después de la intervención pueden observarse resultados positivos.
La aventura del trasplante de pelo: de España a Turquía
En 1936 se comenzó a realizar el injerto capilar de una forma más o menos elaborada para conseguir paliar la calvicie masculina, pero las técnicas eran poco precisas y el resultado final no era el deseado. Durante el siglo XX se perfeccionaron distintas técnicas, pero hasta los años 90 no se comenzaron a utilizar los injertos foliculares, esto es el injerto de los folículos pilosos que contienen el cabello sano. Al principio se utilizaban miniinjertos de 4 mm con resultados poco favorecedores (aspecto de “pelo de muñeca”), pero con el tiempo se consiguieron extraer folículos individuales para realizar microinjertos con un resultado óptimo.
En la última década el trasplante capilar se ha popularizado gracias a la rapidez de la técnica, la mínima molestia para el paciente y el excelente resultado final. En la actualidad se realiza de forma rutinaria en países como Estados Unidos o México, y es especialmente frecuente en países del golfo pérsico. En Europa también se ha popularizado, especialmente en países como España donde se llegan ha realizar hasta 20 trasplantes capilares semanales según las estimaciones.
El precio del trasplante capilar es variable y depende de la técnica y dónde se realice, hay que tener en cuenta que habitualmente se trata de un procedimiento que conlleva costes importantes (un quirófano, material específico, profesionales entrenados y un cirujano capilar) por lo que suele superar los 5.000 euros, es por ello que miles de personas apuestan por viajar a países como Turquía, donde algunas clínicas están subvencionadas y los costes para el paciente se reducen casi a la mitad, aunque los seguimientos posteriores son algo más complejos al no hacerse en persona.
La experiencia del profesional que realiza el injerto capilar es una de las claves del éxito. Un buen resultado debe ser lo más natural posible, de tal forma que se consiga la mayor densidad de cabello junto con la discreción máxima, de tal forma que no se pueda intuir si se ha realizado un implante capilar o no. Las complicaciones son escasas, siendo la más frecuente las falsas expectativas del paciente porque, aunque el pelo injertado no volverá a caerse, recuperar la misma densidad capilar de la juventud es imposible y sería poco natural.
Creado: 21 de agosto de 2015