Investigadores del Fred Hutchinson Cancer Research Center, en Estados Unidos, han descubierto una posible vía para reducir los efectos secundarios tóxicos que tiene la quimioterapia sobre las células de la médula espinal, que consiste en modificar las células con un gen que las hace resistentes a la quimioterapia.

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En la Reunión Anual de la American Society of Gene and Cell Therapy, celebrada la pasada semana en Seattle, los investigadores Hans-Peter Kiem, miembro de la División de Investigación Clínica del Hutchinson Center; su colaboradora Jennifer Adair y Maciej Mrugala, neuro-oncólogo de la Seattle Cancer Care Alliance y la Universidad de Washington, han presentado datos de un ensayo clínico en el que células madre de la médula espinal de pacientes con tumores cerebrales fueron extraídas y modificadas con un vector retrovirus para introducir un gen resistente a la quimioterapia. Posteriormente, los investigadores reintrodujeron estas células en el organismo de los pacientes.

En este ensayo, que fue diseñado para evaluar la seguridad y viabilidad de esta técnica, los pacientes recibieron de forma segura la sangre con células madre modificadas genéticamente que permanecieron más de un año sin causar, aparentemente, ningún efecto dañino.

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La técnica se probó por primera vez en pacientes con una forma de cáncer cerebral terminal denominado glioblastoma. En la actualidad, la media de supervivencia de estos pacientes está entre los 12 y los 15 meses. El pronóstico de los pacientes con glioblastoma es malo, no sólo porque no existen tratamientos curativos, sino también porque los médicos no pueden utilizar con eficacia el tratamiento que existe. Las células de glioblastoma fabrican una gran cantidad de una proteína denominada MGMT, que las convierte en resistentes a la quimioterapia, por lo que los médicos emplean un segundo fármaco -denominado bencilguanina- para combatir la MGMT y hacer que las células de este tumor sean susceptibles a la quimioterapia.

Sin embargo, este potente 'doble golpe' no se limita a las células tumorales del cerebro. La bencilguanina también inutiliza la MGMT en las células de la sangre y la médula espinal normal, haciendo que estas sean también susceptibles a los efectos de la quimioterapia. Los efectos en la sangre y la médula espinal de los pacientes pueden ser potenciados y a menudo limitan la capacidad de administrar de forma efectiva la quimioterapia.

“Nuestro primer paciente está todavía vivo, y sin evidencias de progresión de la enfermedad, casi dos años después de su diagnóstico"

Según Kiem, "nuestros primeros resultados son esperanzadores porque nuestro primer paciente está todavía vivo y sin evidencias de progresión de la enfermedad casi dos años después de su diagnóstico".

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Los resultados del estudio sugieren que la administración de células modificadas representa un método seguro para proteger las células de la sangre y la médula de los efectos dañinos de la quimioterapia en pacientes con tumores cerebrales. No obstante, será necesario realizar más ensayos clínicos para determinar si esto combinado con la quimioterapia puede también mejorar la supervivencia de los pacientes con glioblastoma.

Fuente: EUROPA PRESS

Actualizado: 21 de mayo de 2020

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