Disfunción eréctil
De origen físico o psíquico, este problema, tabú aún, afecta a millones de hombres en todo el mundo. Si es tu caso, debes saber que la disfunción eréctil tiene solución y se puede prevenir. Descubre cómo.

Qué es la disfunción eréctil

Por: Margarita Casado Jiménez

Médico Adjunto en Oncología Radioterápica en el Hospital de la Princesa

Dr. José Antonio Nuevo González

Revisado: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 10 de junio de 2024

La disfunción eréctil se define como la incapacidad perdurable o reiterada para lograr la suficiente rigidez del pene, y mantenerla el tiempo necesario para conseguir una relación sexual satisfactoria. El término se refiere únicamente a la capacidad de erección del pene y no implica trastornos del deseo sexual, la eyaculación o el orgasmo. Para que se determine la existencia de disfunción eréctil, la afección debe prolongarse por un mínimo de tres meses.

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A pesar de tratarse de un trastorno benigno, la repercusión de este problema afecta a la salud psicosocial del individuo y puede ocasionar una importante alteración de la calidad de vida personal y del entorno familiar y de pareja. En el plano emocional, la disfunción eréctil puede generar una gran cantidad de ansiedad y estrés, tanto por la preocupación de no poder satisfacer a la pareja como por el temor a que la disfunción sea un síntoma de una condición médica más grave. Muchos hombres que la sufren experimentan una disminución de la autoestima y la confianza en sí mismos, e incluso en algunos casos la incapacidad para mantener una erección puede llevar a sentimientos de inutilidad y depresión.

La disfunción eréctil puede ser un signo de condiciones de salud subyacentes como enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión, y problemas hormonales. Algunos tratamientos para otras condiciones médicas también pueden causar impotencia como efecto secundario.

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Tipos de disfunción eréctil

En la función eréctil intervienen diversos factores físicos y psicológicos, por lo cual la alteración de uno o más factores puede llevar a disfunción eréctil. Podemos clasificarla en tres grupos:

  • Orgánica: puede ser secundaria a lesiones vasculares (lo más frecuente 60-80%), neurológicas (10-20%), hormonales (5-10%) o locales: 
    • Vascular: se refiere a problemas en los vasos sanguíneos que impiden el flujo adecuado de sangre al pene. Las enfermedades cardiovasculares y la hipertensión son causas comunes.
    • Neurológica: resulta de problemas en el sistema nervioso que afectan las señales entre el cerebro y el pene. Esto puede ser debido a enfermedades como la esclerosis múltiple, el Parkinson, o lesiones de la médula espinal.
    • Hormonal: la deficiencia de testosterona u otros desequilibrios hormonales pueden contribuir a la disfunción eréctil.
    • Anatómica: problemas estructurales o anatómicos del pene, como la enfermedad de Peyronie, pueden causarla.
  • Psicógena: debido a una disfunción del mecanismo eréctil sin lesiones físicas:
    • Estrés y ansiedad: factores psicológicos como el estrés, la ansiedad, y los problemas de relación pueden contribuir a la disfunción eréctil.
    • Depresión: la depresión y otros trastornos del estado de ánimo pueden tener un impacto significativo en la función eréctil.
    • Factores de estilo de vida: el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, y el uso de drogas recreativas pueden influir en la capacidad de lograr y mantener una erección.
  • Mixta: este tipo de disfunción eréctil es debida a la combinación de factores orgánicos y psíquicos. Es común que la disfunción eréctil orgánica tenga un componente psicológico, ya que la preocupación y la ansiedad por la función eréctil pueden agravar el problema.
Disfunción eréctil

A quién afecta la impotencia

La disfunción eréctil es un problema de salud de alta prevalencia entre los varones mayores de 40 años, y tiene una importante repercusión en la calidad de vida del varón afectado, así como en la de su pareja.

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La valoración de las disfunciones sexuales del varón en la sociedad occidental, y quizá de forma especial en el medio urbano, ha aumentado de forma espectacular en los últimos años. La consulta médica por este problema ha crecido no sólo por una necesidad de solución, sino en algunos casos, por mejorar el rendimiento sexual. 

Hasta hace poco tiempo, apenas se contaba con datos epidemiológicos sobre la disfunción eréctil, debido a la escasez de estudios de investigación al respecto, y al hecho de que a muchos pacientes y profesionales sanitarios les resulte embarazoso tratar problemas de tipo sexual durante la consulta. Solo el 16,5% de los varones consultan motu propio por este problema.

Por otra parte, la reciente disponibilidad de fármacos orales con un buen perfil de eficacia y seguridad para el tratamiento de la disfunción eréctil, ha transformado el abordaje diagnóstico y terapéutico de este problema.

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Un estudio realizado en Estados Unidos antes de los años 90, entre 1.290 varones, de edades comprendidas entre 40 y 70 años, estimó que la prevalencia global era del 52%.

El estudio EDEM (Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina), que se realizó en 2.476 varones españoles, de entre 25 y 70 años, encontró algún grado de disfunción eréctil en el 12,1%. La prevalencia en España se estima entre 1.500.000 a 2.000.000 de varones.

Un trabajo británico algo más reciente, de 2019, revisado en la revista BJU International encontró que la prevalencia global de la disfunción eréctil varía enormemente, desde un 3% hasta un 76,5%, dependiendo de los criterios y métodos de evaluación utilizados. Se estima que para el año 2025, aproximadamente 322 millones de hombres en todo el mundo se verán afectados por esta condición​

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La disfunción eréctil es un problema común pero tratable, y buscar ayuda médica puede mejorar significativamente la calidad de vida y las relaciones de quienes la padecen.

Creado: 21 de julio de 2010

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