Los expertos insisten una y otra vez en lanzar el mismo mensaje, la única manera de evitar un problema motivado por la ingesta de alcohol durante el embarazo es no consumir nada de nada, ni una copita ni una cerveza ni un vino, porque una vez hecho el daño, éste es definitivo. Además conviene que te prepares desde el principio y seas consciente de los riesgos que supone para que tu actitud ante este hecho sea tajante. Para ello, te damos las siguientes pautas:
- Planificar el embarazo con al menos tres meses de antelación: eso incluye adoptar un estilo de vida saludable antes de quedarse embarazada, para que no haya sorpresas, lo que implica renunciar por completo al alcohol y otras sustancias tóxicas, como el cigarrillo, con una cierta anticipación. Se acabó irse de vinos o cervezas, mejor decantarse por beber agua, zumos o bebidas sin gas. Las cervezas 0,0 (sin alcohol) también pueden ser una opción. Recuerda siempre que lo que tú tomes, lo tomará también el bebé.
- Concienciar a tu pareja de la importancia de este tema. Hablad de ello e intentad que seáis los dos los que renunciéis al alcohol, así te resultará más fácil no caer en la tentación. Ved qué costumbres –si las teníais– podéis cambiar. Quizás no sea momento de hacer turismo enológico o probar la última marca de ginebra.
- Los brindis ‘sin’ alcohol. También es necesario hablar con la familia y el entorno más cercano y que se abstengan de incitaros a beber con el argumento de que “por una copita no pasa nada”. Las celebraciones y actos sociales son muy propicias para beber, pero también se puede brindar con cualquier bebida que no contenga alcohol.
- Sé sincera cuando acudas a tu ginecólogo o matrona cuando te pregunte por el tema: a lo mejor nuestra percepción de lo que consumimos es muy baja y, sin embargo, nos estamos pasando claramente de la raya. O no sabías que estabas embarazada y te emborrachaste. Si tienes alguna duda o crees que tienes un problema con la bebida, lo mejor es acudir a los servicios médicos, ellos sabrán atender tu caso y orientarte sobre qué debes hacer.
- Si sospechas, por algún motivo, que tu hijo recién nacido sufre algún trastorno alcohólico fetal, consúltalo con tu pediatra y que te derive a un especialista en el caso de ser necesario. Esto es especialmente importante en el caso de que el niño o niña haya sido adoptado y se desconozca si la madre pudo haber consumido alcohol durante la gestación.