Para combatir la retención de líquidos durante el embarazo se debe realizar siempre que sea posible un tratamiento preventivo, que debe intensificarse en el tercer trimestre del embarazo y en los momentos cercanos al parto, que es cuando más frecuentemente se producirán y serán además más intensos estos edemas.
Las medidas más importantes para tratar y aliviar la retención de líquidos en el embarazo serán:
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Controlar el peso: evitar la obesidad y realizar una dieta equilibrada y sana. Se recomienda restringir el consumo de sal, que dificulta la circulación de la sangre.
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Usar medias elásticas de compresión es una de las medidas más importantes para evitar la formación de edemas, ya que ejercen una ligera presión que favorece el retorno sanguíneo.
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Utilizar ropa y calzado cómodo y holgado.
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Recurrir a masajes o drenaje linfático, ya que activa el drenaje de dicho líquido por los vasos linfáticos. Además, aporta un efecto antiestresante, sedante y relajante.
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Evitar medidas posturales como permanecer parada de pie durante un tiempo prolongado o sentarse con las piernas cruzadas. Es mejor sentarse y poner las piernas en alto.
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Elevar las patas delanteras de la cama para favorecer el retorno venoso. Dormir del costado izquierdo también favorece el correcto flujo del corazón a las extremidades.
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Realizar ejercicio moderado que propicie el retorno venoso, como caminar frecuentemente o realizar natación.
- Las duchas de agua fría sobre todo en tiempo de calor pueden mejorar en gran parte la retención de líquidos. Evita los baños muy calientes o las saunas.
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Incluir en tu dieta alimentos ricos en potasio (plátano, calabacín, espinacas, patata, piña, champiñones…), ya que ayudan a eliminar los líquidos a través de la orina.
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No se recomienda la toma de diuréticos durante el embarazo, siendo algunos diuréticos peligrosos para el feto.